jueves, 15 de diciembre de 2011

LOS MINIEMPLEOS

El presidente de la CEOE, Juan Rosell, ha puesto encima de la mesa la propuesta de los "miniempleos", no se trata de una nueva modalidad de contratación, en el país donde la normativa laboral ya es una selva, sino de un eufemismo con el que se quiere convertir a los trabajadores, definitivamente, en esclavos.
Los miniempleos son otra moda traída de la Alemania derechista de Ángela Merkel, que últimamente ha obnubilado a tanta gente. Mientras algunos nos cuentan lo bien que va el país de los teutones, la locomotora de Europa, un germano como Günter Grass, el famoso escritor de "Cabeza de turco", "El tambor de hojalata" y tantas obras de denuncia y compromiso social, nos cuenta en uno de sus últimos libros la historia diaria de la otra Alemania, la que no sale en los telediarios, la de los contratos basura para los millones de parados que trajo la reunificación, al intentar convertir, de la noche a la mañana, una nación de economía socializada al capitalismo. El premio Príncipe de Asturias y premio Nobel de literatura describe, con pelos y señales, la desgraciada vida del proletariado que se cae a las alcantarillas y la hipocresía del discurso de los poderosos.
Hagamos números: pongamos el ejemplo tipo de un joven trabajador mileurista que tiene una jornada laboral de 8 horas diarias, si hacemos una regla de tres simple nos sale que por un salario de 400 euros trabajaría 3,2 horas al día, pero si tomamos como ejemplo un salario algo mas digno, pongamos 1.500 euros mensuales, el resultado es que por 400 euros trabajaría solo 2,13 horas diarias. Naturalmente, no es eso lo que quiere el presidente de los empresarios.
De lo que se trata, en realidad, es de que por 400 euros mensuales la gente trabaje al menos una jornada de 6 horas, es decir, unas condiciones laborales por debajo del salario mínimo interprofesional, eso sí, con los mismos gastos de desplazamiento hasta el lugar de trabajo, etc. Si esa va a ser una de las propuestas de Rajoy para sacarnos de la crisis, apaga y vámonos.
Pero es que, además, como es evidente, España no es Alemania. Mientras en Alemania solo uno de cada cuatro trabajadores tiene un empleo precario, en España es justo lo contrario, es decir, podemos encontrarnos en poco tiempo con un mercado laboral donde la falta de estabilidad en el empleo sea total y donde las condiciones salariales sean similares a las de los países del Tercer Mundo, pero ni así vamos a poder competir con China, India, Corea del Sur, etc, pero el mercado interno seguro que acaba hundiéndose del todo porque la gente habrá perdido toda capacidad de compra.
Estas locas ideas no son mas que una continuación de las recetas neoliberales que nos han traído hasta la situación desastrosa actual de las economías occidentales y ni los trabajadores ni los empresarios con algo mas de los dos dedos de frente que parece tener el presidente de la CEOE deberían dejarse llevar o apuntarse al suicidio colectivo.

1 comentario:

  1. Los minijobs ¿Una salida u otra forma de esclavitud en el S XXI? Vuestra opinión?

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