sábado, 4 de junio de 2011

SE AGRAVA LA SITUACION EN YEMEN

Con el ataque al complejo presidencial, con varios muertos y heridos, entre los que se encuentra el presidente Ali Abdullah Saleh, la situación en Yemen se agrava por momentos sin que se perciba un desenlace claro. ¿Cuales son las claves para entender el caos en que se encuentra sumido el país?:
La verdad es que Yemen no suena mucho como nación para la mayoría de la gente, a pesar de que el reino de Saba, sí, el de la famosa reina, estaba precisamente allí, a pesar de que el café es originario de esa tierra y que Moca, que también tiene mucho que ver con esa bebida considerada por muchos como maravillosa, es una ciudad portuaria yemení. Para los aficionados a la geopolítica también Yemen es un caso singular pues, cuando estaba dividido en dos Estados, en el Sur había el único régimen marxista de los países árabes. También existió un régimen socialista en Afganistán, apoyado por la extinta URSS, como todo el mundo sabe, pero este, aunque islámico, no es un país árabe. Tampoco tenía nada que ver con el socialismo panarabista el que, a día de hoy, solo sobrevive minimizado y a duras penas en Argelia, pues sus caminos y desarrollo fueron bien distintos. Eso sí, Yemen tiene en común con los países africanos y asiáticos, incluidas, naturalmente, las naciones árabes, un pasado colonial que no es ajeno a todo lo que está sucediendo.
Yemen del Norte, prooccidental y aliado de Arabia Saudí y Yemen del Sur, prosoviético, se unificaron en un solo país en 1.990 (el Sur se vio debilitado tras la desaparición de la URSS) bajo el mandato del propio presidente Ali Abdullah Saleh, que ya era presidente de Yemen del Norte desde 1.978, es decir, después de Al Gaddafi, es el mandatario árabe que mas tiempo lleva en el poder.
Con mano de hierro, Abdullah Saleh, militar de carrera, aplastó varias revueltas que se habían producido en el Sur del país, al verse defraudadas las expectativas que la población tenía en la nación unificada. Abdullah Saleh apoyó la invasión de Kuwait por Saddam Hussein, pero luego, para congraciarse con los EE UU, les dio facilidades portuarias y bases militares. El 12 de Octubre del 2.000, 17 norteamericanos murieron en un ataque de Al Qaeda contra el destructor “USS Cole”. Además, según informaciones reveladas por Wikileaks, en 2.009 el presidente de Yemen, Abdullah Saleh, ofreció a los EE UU acceso total a su territorio para que USA lanzara ataques unilaterales contra Al Qaeda, al tiempo que negaba toda colaboración antiterrorista con Washington. Los cables recogidos y publicados por Wikileaks recogen el encuentro entre Abdullah Saleh y el el jefe del Mando Conjunto Central del ejército estadounidense, el general de cuatro estrellas David Petraeus, en el que el mandatario yemení admite que ha mentido a su población sobre la autoría de los ataques, “seguiremos diciendo que las bombas son nuestras, no de ustedes”, manifestaba. A cambio, los EE UU dieron en 2.010 una ayuda a Yemen de 150 millones de dólares, fundamentalmente para la compra de helicópteros y vehículos blindados con los que Saleh mantiene su bota, al menos hasta ahora, sobre el cuello de la población, la mas pobre del mundo árabe.
Tras el interés imperialista en Yemen no solo está el militar y geoestratégico, también el económico. Recientemente se han descubierto en el país ingentes reservas de gas natural y petróleo.
Así que no debe extrañarnos que mientras la OTAN bombardea a las tropas gubernamentales libias, bajo la cínica coartada de defender a la población civil, Occidente jalea al carnicero de Yemen, donde los muertos a manos del ejército y las fuerzas de seguridad se cuentan ya por centenares. Hemos llegado a un estado de cosas en el mundo donde las grandes corporaciones han impuesto a los Gobiernos sus dictados, pagan las campañas electorales de los presidentes e imponen su ley, la de la selva.
El pueblo yemení está harto de engaños, de penurias y de dictadura y no parece estar dispuesto a que su futuro siga en manos del sátrapa Saleh y de sus protectores. Lucharán hasta el final.

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