COMO GANAR, O PERDER, LAS ELECCIONES

Tras la debacle socialista en las pasadas elecciones autonómicas y municipales, tenemos un Gobierno de España debilitado que no podrá acabar la legislatura. No solamente los apoyos parlamentarios serán cada vez mas caros y escasos, la opinión pública, que está bastante harta de la gestión de Zapatero, forzará un adelanto electoral. Eso sin referirnos a otros agentes a los que la precariedad del Gobierno del PSOE ya empieza a perjudicar y están obrando en consecuencia.
El PP ha obtenido unos resultados electorales magníficos, pero Rajoy y su equipo se equivocarían si pensaran que eso se puede trasladar a las elecciones generales. La clave de la victoria popular no ha estado en las propuestas y en los programas de la derecha, sino en la desastrosa gestión de la crisis del Gobierno socialista y, sobre todo, en las duras medidas que Zapatero ha adoptado contra pensionistas, trabajadores, funcionarios y ciudadanos en general. El PP ha tenido suerte de que en otras CC AA no se haya producido un fenómeno como el de Foro Asturias, porque a buen seguro hubiera tenido desagradables sorpresas.
Javier Fernández, el Secretario General de la FSA y candidato socialista a la presidencia del Principado, está que se sale desde que su partido ha perdido las elecciones en Asturias. Ha admitido con humildad la derrota, no piensa hacer juegos malabares e intercambio de cromos para obtener alcaldías inestables, contra natura, que darían, en un futuro próximo, mas de un disgusto y ha hecho un análisis de los resultados electorales lúcido y certero, admitiendo que Foro Asturias se ha llevado un montón de votos, no solo de la derecha, también de todo el arco de la izquierda y que las políticas antisociales de Zapatero han tenido mucho que ver en el resultado de los comicios. Son cosas que todos sabemos, pero puestas en boca de un alto dirigente del PSOE adquieren otro valor. Pero lo mejor han sido sus declaraciones sobre “las reformas” emprendidas por el Gobierno central, “no nos pasemos con las reformas", ha dicho, advirtiendo de los peligros de un futuro mundo político hegemonizado por la derecha, donde el PSOE puede quedar reducido a un papel testimonial.
Pero, estamos seguros que esa misma lectura ya la ha hecho Rubalcaba, por eso cargarse la negociación colectiva va a ser el último ataque del Gobierno contra los trabajadores hasta las próximas elecciones generales. La estrategia socialista pasará por recuperar el discurso de la izquierda, manifestando que los recortes sociales se tuvieron que hacer en contra de sus convicciones y poniendo el acento en que una victoria del PP podría poner en cuestión lo poco que nos queda del Estado de Bienestar, la Sanidad, la Educación y las pensiones. Un discurso muy endeble y poco creíble, pero efectivo, si el PP sigue actuando como hasta ahora.
A Rajoy ya se le acabó el chollo del voto indignado, porque en la próxima campaña va a tener que poner sus cartas y sus propuestas encima de la mesa y no pensamos que sea tan suicida como para pensar que tiene baraka. Y mire usted que el PP lo tiene fácil para ocupar definitivamente ese gran espacio político que es el centro. Pero si Rajoy no deja bien clarito que defenderá, sin ambages, el Estado de Bienestar y su titularidad pública (no como sucede en la Comunidad de Madrid, por ejemplo) y que se han acabado los ataques contra los trabajadores y pensionistas, se puede llevar una desagradable sorpresa, porque en los sitios donde ha gobernado el PP tampoco se han lucido en la gestión.
Rubalcaba, o Alfredo, como prefiera, va a tener que hilar muy fino para engañar al electorado, porque la socialdemocracia no va a rectificar y Rajoy se va a tener que travestir en un izquierdista, aunque su “paquete” sea de derecha. Las próximas elecciones generales las ganará el que dé mas confianza al electorado, un mundo, no lo olvidemos, donde los ricos y pudientes son una minoría y donde el discurso de “la imposición de los mercados”, para quitar derechos y poder adquisitivo a la mayor parte de los ciudadanos, ya no va a colar.