martes, 8 de junio de 2010

SANGRE, SUDOR Y LAGRIMAS


Lo primero que ha hecho el recién elegido jefe de Gobierno británico es decir a la gente que estaban peor de lo que se pensaba y que se van a tomar duras medidas que echarán por tierra décadas de duro trabajo, pero que son necesarias e imprescindibles, ¿le suena a usted este tipo de discursos?. En efecto, el mismo día, en Alemania, la canciller Merkel hacía tres cuartos de lo mismo. Por si esto fuera poco, el Eurogrupo le ha dicho a nuestra ministra de Economía, Elena Salgado, que en 2.011, es decir, dentro de pocos meses, el Gobierno tendrá que seguir obligando a los ciudadanos a tomar mas dosis de la pócima contra el Estado de Bienestar elaborada por la nueva dictadura financiera mundial.
Como era de esperar, tras la globalización, Europa debe desmontar sus estructuras sociales y convertir a sus trabajadores en mercancía capaz de competir en un mercado donde las condiciones laborales rozan el esclavismo. El segundo embate de la crisis, que llevamos largo tiempo anunciando, ya está aquí y, lo reconozco, antes de lo esperado. Lo que se avecina será mucho peor que la crisis financiera provocada por las hipotecas basura (subprime), porque ahora va a afectar directa y drásticamente a la vida de la gente. Los ciudadanos no solo van a perder poder adquisitivo, van a ver reducidos sus derechos sociales y, si la gente no reacciona con sus votos, empezará a peligrar la propia democracia.
Es cierto que los Estados se habían endeudado hasta las cejas, que los políticos que han usufructuado el poder durante todos estos años han dejado las economías hechas unos guiñapos, con sus despilfarros y sus alegrías electorales con el dinero de todos. Los problemas de Alemania, como una buena parte de los de la UE, se deben a la bomba de relojería dejada por Moscú. Absorber todo un país, como la RDA, en el caso particular de Alemania, o una buena parte de las naciones que formaban el Tratado de Varsovia, en el de la UE, es para indigestar a la economía mas boyante. La caída del Muro solo ha beneficiado económicamente a Rusia. Este desastre de gestión se quiere hacer recaer sobre las cabezas de los ciudadanos de Europa. Tendremos que enderezar el rumbo y habrá que solucionar el monumental desaguisado, pero ni los partidos políticos, ni los líderes, ni las instituciones nacionales y supranacionales que han estado operando y tomando decisiones hasta ahora están legitimados para llevarlo a cabo. Posiblemente habrá convulsiones sociales que alumbrarán nuevas fuerzas que deberán forjar el futuro de un siglo XXI que no puede ser gestionado por irresponsables al servicio de poderes ajenos a los deseos e intereses de los ciudadanos. Los europeos deberemos estar a la altura del reto que nos van a imponer, a otros peores se ha enfrentado el Viejo Continente y ha salido adelante. Ya estamos hartos de tanta sangre, sudor y lágrimas impuestas por los déspotas.
Nota: En estos difíciles momentos, queremos expresar nuestra total solidaridad con los trabajadores de la fábrica de Chupa Chups de Villamayor y con sus familias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario