domingo, 13 de junio de 2010

LA LIQUIDACION DE LA IZQUIERDA


Los sindicatos están acojonados, por lo que están diciendo algunos de sus dirigentes parece que, al final, después de tanto amenazar, no van a convocar ninguna huelga general. El fracaso del ensayo que fue la huelga de funcionarios les ha persuadido de que otra debacle, esta vez en una movilización que tendría que ser masiva, sería el cénit de su desprestigio social, se equivocan, ya no pueden estar mas desprestigiados.
El análisis que se hace de que los españoles han asumido los ataques de la pseudoizquierda contra los salarios, contra los derechos históricos de los trabajadores, contra los pensionistas, etc, porque es lo que toca ahora en Europa, y que por eso no secundarían una huelga general, es completamente erróneo. En Grecia, por ejemplo, donde los sindicatos y el Partido Comunista no se han aliado con la socialdemocracia, se han convocado tres huelgas generales, que gozaron de amplio seguimiento, cuyos réditos quizá no se vean ahora, pero darán sus frutos en el futuro. En estos momentos, una huelga general en España fracasaría no porque no se den las circunstancias objetivas para convocarla, no porque los trabajadores y pensionistas no estén lo suficientemente cabreados, sino porque la gente está hasta el gorro de los que serían los convocantes, en concreto CC OO y UGT. Los ciudadanos no van a lavar la cara de los sindicatos con sus sufrimientos y con su esfuerzo. Se han apesebrado, pues que los zurzan, piensan.
El desprestigio sindical no es mas que una cara del poliedro de la liquidación de la izquierda. El PSOE ha hecho todo lo posible para conseguirlo, no solo por el abandono del marxismo y por el abrazo de las políticas económicas derechistas, también porque, ante la ausencia de cuadros (no olvidemos que durante la dictadura franquista el PSOE era casi inexistente) si dedicó durante años al fichaje de miembros del PCE, que cambiaron sus principios por cargos y puestos en el Senado, en el Congreso de los Diputados, en los ayuntamientos, en fundaciones, etc. Si le hago una lista de todos los antiguos comunistas que están en el PSOE se sorprendería, solo como botón de muestra podemos poner al antaño belicoso portavoz parlamentario y ahora calladito senador, Enrique Curiel, a Diego López Garrido, perdido ahora entre la burocracia de Bruselas o al propio presidente asturiano Areces, al que el Eurocumunismo de Carrillo y el abandono del leninismo, según él (Conferencia de Perlora, 1.978), le quedaban bastante a la derecha.
El desmantelamiento de la izquierda y la desactivación de los sindicatos es una desgracia para los trabajadores y para las capas sociales mas desfavorecidas, porque se encuentran sin instrumentos capaces de orientar sus demandas y de llevarlas a las instituciones en un momento tan grave para sus intereses, pero también es un riesgo para la derecha y para la pseudoizquierda porque, ante lo que se avecina, surgirán otras organizaciones y otros líderes, mucho mas radicales, que ni van a pactar, ni van a andar con ningún tipo de miramientos, mucho menos con los traidores.

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