domingo, 28 de marzo de 2010

SENTADOS SOBRE UN POLVORIN


Hoy volvemos a hablar de la crisis, aunque el asunto no parezca estar muy relacionado. Julio Anguita dijo el otro día algo que cae de cajón por lo evidente: " para poder volver al crecimiento económico sostenido necesitaríamos dos planetas Tierra". Desgraciadamente seguirán empeñados en acabar con el único mundo que tenemos.
Estos días, delegaciones rusas y norteamericanas han llegado a un acuerdo en Ginebra para actualizar el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START). Básicamente se ha acordado reducir en un 30% las cabezas nucleares desplegadas, que se limitan a 1.500 por cada parte. Se ha pretendido vender a la opinión pública la próxima firma, que seguramente se realice con gran despliegue mediático en la capital checa, para que las dos grandes potencias, sobre todo EE UU, tengan algún argumento para intentar frenar el desarrollo nuclear militar de otros países, particularmente Irán. Es una pantomima. USA ha estado muy cerca de obtener una supremacía estratégica aplastante sobre Rusia, su principal potencial enemigo, que lo sigue siendo a pesar de la desaparición del Pacto de Varsovia, del bloque comunista y del creciente poderío chino. El desarrollo del programa de la Iniciativa de Defensa Estratégica, mas conocido como "Guerra de las Galaxias", tan querido por la administración Reagan y por un grupo de fuertes empresas de alta tecnología norteamericanas, había dado pasos importantes. A pesar de los acuerdos firmados entre EE UU y la antigua Unión Soviética, en 1.972 en Helsinki, sobre la prohibición del desarrollo y despliegue de armas antimisiles, USA llevaba años potenciando ese arsenal. Las primeras pruebas, que no pudieron ser secretas, se hicieron sobre las islas Marshall, en el Pacífico (obtuvieron la independencia en 1.990), con cohetería de interceptación guiada por radar. También se armaron cazas F-15C "Eagle" con misiles capaces de destruir cohetes balísticos intercontinentales en la alta atmósfera, este programa fue desarrollado por la empresa Lockheed-Martin y tuvo un costo de 137 millones de dólares. Pero los principales sistemas de armas de la IDE serían los carísimos potentes cañones electromagnéticos y láser, inducidos por energía nuclear, que serían desplegados en órbita terrestre y que permitirían, no solo destruir en vuelo cualquier misil intercontinental y los satélites de observación rusos, también poder amenazar, en cuestión de minutos, la soberanía de cualquier país del mundo. Todo el entramado de esos sistemas de armas, nuevos por definición, estaría apoyado por bases en tierra de radares de última generación y cohetería de interceptación instalada también en tierra o en barcos de la "Navy". Ni que decir tiene que la inversión requerida en I+D+I era estratosférica y estamos hablando de un país, EE UU, que ya tiene un presupuesto de Defensa de 500.000 millones de dólares anuales. Pero Yeltsin, el etílico presidente ruso, perdió el poder y, para colmo, llegó la crisis. USA ya había decidido el emplazamiento de las nuevas bases de radares en Polonia y la República Checa, diciendo una mentira que no se cree nadie, que su objetivo eran los misiles iraníes y de Corea del Norte. También se había apoyado al presidente Yuschenko para que Ucrania ingresara en la OTAN y que Rusia tuviera que desmantelar los importantes radares instalados en la Península de Crimea que la protegen de un ataque con misiles de crucero y balísticos desde la VI Flota que opera en el Mediterráneo. La crisis económica no afectó al presupuesto ordinario de Defensa de los EE UU, (el complejo militar-industrial manda mucho) pero sí a los programas espaciales de la IDE y de la NASA. Hoy Rusia (China e India también utilizan cápsulas "Soyuz") es el único país del mundo que puede poner en órbita naves tripuladas (ya no volarán mas los transbordadores USA) y con sus potentes y exitosos cohetes "Protón" (73 lanzamientos sin fallo alguno) ha recuperado la supremacía espacial civil y militar. Además, el empeño del primero presidente y ahora primer ministro ruso Putin de que Rusia no se quedara indefensa y sin capacidad de respuesta ante un ataque nuclear, hizo que entraran en servicio tanto los submarinos de la clase "Borey" como los misiles SLBM "R-30 Bulava", que portan 10 ojivas nucleares y son capaces de sortear cualquier sistema antimisiles. Afortunadamente para Rusia también ha ganado las elecciones en Ucrania Yanukovich y podrá mantener la Flota del Mar Negro y los radares de Crimea. El nuevo tratado solamente es para ahorrar gastos por ambas partes, desguazando los ICBM y SLBM obsoletos (misiles balísticos intercontinentales con base en tierra y en submarinos nucleares estratégicos, respectivamente) y manteniendo la disuasión a un nivel mas bajo. Continuará el "equilibrio del terror", que ha funcionado en los últimos 50 años a base de tener al mundo sentado sobre un polvorín.
Nosotros seguiremos defendiendo la "Opción Cero", esto es, la desaparición de todo el armamento nuclear en todos los países de la Tierra.

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