lunes, 8 de marzo de 2010

LA POLITICA EXTERIOR DEL PP


Básicamente no se diferencian mucho las políticas exteriores del PSOE y del PP. Apuesta por la OTAN y supeditación a los intereses de los EE UU son comunes en ambos partidos, pero hay algunos matices. El PSOE es un partido donde la ideología hace tiempo que pasó a un segundo plano, nada que ver con el partido obrero de Pablo Iglesias. Es una organización de oportunistas (siempre hay excepciones) donde uno puede encontrar gente que fueron adeptos al anterior régimen junto a comunistas reconvertidos. De hecho, poco antes de la Transición prácticamente no existía, la única fuerza política bien estructurada que combatía la dictadura del general Franco era el PCE. Fue el propio régimen franquista y los EE UU los que potenciaron a los socialistas para dar una alternativa creíble a las organizaciones políticas herederas de la dictadura. ¿Como se explica, por ejemplo, que la propia UCD, en el Gobierno, financiara al PSOE?. Se trataba de crear un bipartidismo que no cuestionara el orden establecido. "Todo queda atado y bien atado", Franco sabía lo que decía. Por eso el PSOE opera permanentemente en la indefinición, dando bandazos, sin un criterio firme. La política exterior no es una excepción. ¿Una muestra?, la salida de nuestras tropas en Irak para meterlas en Afganistán. Nada que ver con la claridad de ideas, otra cosa es que sean acertadas, que el PP tiene en este apartado.
Tradicionalmente España ha sido un país neutral y nuestra política exterior estaba basada en la defensa de nuestros intereses. Gracias a eso nos pudimos mantener al margen en las dos guerras mundiales, pues la aportación del régimen franquista a las Fuerzas del Eje fue poco mas que testimonial, lo justo para pagar la ayuda recibida durante el conflicto civil. La derecha española, desde la Guerra de Cuba, había sido antinorteamericana, es más, durante la Segunda Guerra Mundial mantuvo ese criterio, estuvo contra Los Aliados. Cuando finalizaron los enfrentamientos en Europa el régimen del general Franco temió ser barrido por las potencias vencedoras, pero se salvó gracias a la aparición de la Guerra Fría. En efecto, las conversaciones llevadas a cabo culminaron con la visita a Madrid del presidente Eisenhower, que se paseó con el dictador en coche descubierto, apadrinando el régimen fascista y facilitando su inclusión en la comunidad internacional. A cambio España se convirtió en un peón USA, incluyendo la cesión de cuatro importantes bases militares, situación que se mantiene, ahora bajo el eufemismo de "españolas de utilización conjunta". Será casualidad que, desde ese día, la derecha española se hizo pro-americana, tanto, que aún no se han enterado que ya no existe el bloque comunista, que España es un país democrático y de la UE y que, a veces, los intereses de nuestro país no solo no son coincidentes con los de los EE UU, pueden ser contrapuestos.
El PP perdió las elecciones ante el PSOE de Zapatero por sus errores en política exterior, por su empeño en seguir al pie de la letra los deseos de Washington. La foto de Aznar en Las Azores y la participación de España en la guerra de Irak fue lo que costó perder el Gobierno a la derecha. Todo el mundo habría apoyado al Gobierno del PP si los atentados islamistas se hubieran producido sin la intervención de nuestras tropas en Irak y el PP, que había saneado nuestra economía y no había hecho una política contra los trabajadores, habría vuelto a ganar los comicios. Pero los populares no han hecho ninguna autocrítica del asunto, es más, en una ceguera total, han cargado sobre el PSOE la responsabilidad que es únicamente suya. Ese sigue siendo uno de sus talones de Aquiles.
Hace ya tiempo que el PP mantiene una política exterior beligerante con algunos países de Iberoamérica, sobre todo con Cuba y Venezuela, países importantes del ALBA, es un error. España mantiene importantísimos intereses económicos en América, precisamente en países con regímenes de izquierda (las empresas españolas arriesgaron cuando nadie apostaba por aquellas economías) y de nuestros desencuentros algunos esperan ahora sacar tajada (el Gobierno de Zapatero suspendió la venta de patrulleras y aviones de transporte a Venezuela por presiones de los EE UU). Si el PP quiere gobernar debe centrarse y, entre otras cosas, cambiar su política exterior adaptándola a criterios mas inteligentes y, lo que es mas importante, a los auténticos intereses de España. Quizá Arístegui no sea la persona indicada para la nueva imagen que hace falta.

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