sábado, 13 de marzo de 2010

INFLACION, EL REGRESO DE LA ENEMIGA


Como ya hemos dicho en otras ocasiones, fue la pérdida del poder adquisitivo de los salarios lo que provocó el estallido de la crisis. Lo que contribuyó decisivamente a que grandes masas de ciudadanos vieran reducidos, de facto, sus ingresos, fue la inflación, o mejor dicho, el maquillaje que los gobiernos hicieron con la inflación. Todo el mundo conoce que cuando se implantó en España la moneda única los precios crecieron de forma escandalosa. Los que podían actuar sobre el valor añadido de las cosas no se conformaron con los redondeos, de forma abusiva incrementaron los precios y sus ganancias a costa de los consumidores. Si quieren les pongo el ejemplo de lo que subió el café en el bar de la esquina, pero lo mismo sucedió en toda la cadena productiva, en todos los bienes y servicios, así muchos hicieron su agosto. Pero eso no fue lo peor. Mientras la inflación real estaba, como media, alrededor del 14%, el Gobierno, cocinaba otra, totalmente falsa, en torno al 3%. La consecuencia fue que trabajadores y pensionistas vieron reducida drásticamente su capacidad de compra. Eso no sucedió en otros países de la UE. En Francia, se prohibió, por ley, las subidas de precios al efectuar el cambio de francos a euros. Esa es una más de las singularidades que han potenciado la crisis en España. Pero si la inflación nunca es buena, mas si se tergiversa su verdadera cuantía, es mucho peor cuando crece en una economía paralizada, con el PIB por los suelos y con una deuda muy alta. Hay gente en el Gobierno que parece estar celebrando el repunte de la inflación. La economía española ha estado unos cuantos meses en deflación, es decir, con bajadas continuadas de muchos precios, eso no era bueno porque los inversores potenciales seguían esperando a que los precios bajaran aún mas, pero sirvió para que se ajustaran algunos márgenes empresariales abusivos. Sin embargo eso no sucedió en todos los sectores. En algunas actividades, como la generación de energía, a pesar de la bajada de los precios de las materias primas, la factura final que pagaban los consumidores, bien empresas o particulares, siguió subiendo. También los gastos del Estado, comprendidas las CC AA y los ayuntamientos, incluso recurriendo excesivamente a la deuda, siguió incrementándose. Estas y otras causas generaron una distorsión en el ajuste que la economía necesitaba de forma imperativa.
La subida del IVA anunciada para julio, en un momento donde la actividad económica no remonta, provocará otra espiral inflacionista. Los deseos de que sean las empresas y los comerciantes los que asuman una parte importante del incremento del impuesto, como ha dicho la ministra de economía Elena Salgado, no se van a cumplir, se lo aseguro. Pero si la inflación, cuando florece la demanda y se prodiga el crédito, no es deseable, mas, como hemos dicho, si las cifras que se aportan no son las reales, en la actual coyuntura económica de atonía, con casi cinco millones de parados y las salarios prácticamente congelados, es un torpedo bajo la línea de flotación del poder adquisitivo de los ciudadanos. Eso solo agravará la crisis porque detraerá aun mas la demanda.
El PP ha sacado este tema como arma contra el gobierno de Zapatero, además de, en este caso, tener razón, está en su derecho de ejercer la oposición, para eso lo votaron unos cuantos millones de electores y no tiene porqué hacer caso de eso que se han sacado de la manga algunos listos de "juntos podemos", una maniobra que solo engaña a los cándidos y que tiene como último propósito sustentar al Gobierno. Pero, cuidado, eso no tiene nada que ver con las cosas que está diciendo la presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, Esperanza Aguirre. No es la primera vez que esta señora llama a la insurrección contra las medidas que toma el Consejo de Ministros o el Parlamento, ya lo hizo también con la Ley del Tabaco. Nos gusten o no las decisiones que se tomen, es el Gobierno del Estado y el Congreso de Diputados los que tienen el mando por delegación del pueblo. Estas actitudes antidemocráticas, y neofascistas no se pueden tolerar, además sentarían un precedente muy peligroso. Mejor haría Dña. Esperanza y sus correligionarios de Valencia cuadrar mejor sus cuentas, ya que, junto a Cataluña y Baleares, las CC AA donde gobiernan son las mas endeudadas de España, tanto en cuantía total como per cápita.
La guinda de los despropósitos la ha puesto la CEOE al proponer una bajada de los salarios para, según dicen, mejorar la competitividad. Quien sabe, tal vez quieran competir con China. Más inflación y menores sueldos no son los ingredientes mas apropiados para salir de la crisis, ¿quién va a comprar los productos?, eso sí, es una buena pócima para el estallido social.

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