miércoles, 3 de enero de 2018

DIANA QUER Y EL "ÉXITO" POLICIAL

El caso Diana Quer se ha convertido, como no podía ser de otra forma, en un tema mediático al que cadenas de radio y televisión y periódicos llevan días dedicando muchos minutos y mucho espacio. Todo el mundo parece estar bien informado del asunto, porque si no fueran suficientes las opiniones de tertulianos y “expertos”, hasta el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, y dos coroneles de la Guardia Civil nos han ilustrado convenientemente sobre los pormenores en sendas ruedas de prensa. Al margen de las circunstancias del caso en sí, a mí lo que más me ha llamado la atención es que se pretenda utilizar la resolución del crimen para ponerse medallas, para hacerse autobombo y para, en resumen, hacer ver a los ciudadanos de que se han hecho las cosas bien y que nada deben temer porque hay gente que vela por ellos, por nosotros. Nada más lejos de la realidad y son las propias declaraciones de la Guardia Civil las que lo ponen de manifiesto. Según los mandos de la Benemérita, desde noviembre tenían la convicción de que “El Chicle” era el asesino, pero, eso no evitó que el individuo, que ni había sido detenido ni estaba sujeto a ningún tipo de vigilancia, intentara subir a su coche a tres chicas el día de Nochebuena e intentara secuestrar a otra el día de Navidad. Fue esta última víctima, que se salvó por los pelos de acabar igual que Diana Quer, la que apuntó la matrícula del coche del asesino y la que, junto con dos testigos del suceso, denunció los hechos ante la Guardia Civil ¿Ese es el éxito Policial?

La Guardia Civil ya se ha dado cuenta de que ha sido instrumentalizada por los políticos y ya empieza a hablar de que no ha podido actuar antes, cuando ya tenían clarísima la identidad del asesino, por falta de medios y de las medidas legales adecuadas. Esa es la madre del cordero, porque “El Chicle” no solo ha matado a Diana Quer, tenía una larga carrera delictiva que incluía violaciones, robos, delitos con violencia, tráfico de drogas, etc, quien sabe si incluso más asesinatos en la zona cuya investigación ahora se ha vuelto a reabrir. Es decir, que nadie se eche ahora las manos a la cabeza, ni los vecinos que lloran compungidos y que dicen no saber a quién tenían al lado, ni las autoridades policiales. Todos conocían perfectamente quién era “El Chicle”, a qué se dedicaba y de qué vivía, empezando por su esposa, que participaba de algunos de los delitos y encubría otros y que, inexplicablemente, ha quedado en libertad sin cargos. La resolución de este caso no es ningún éxito, ha sido una suerte, y lo peor es que hay otros muchos individuos, como este criminal, en circunstancias vitales parecidas haciendo de las suyas impunemente por toda España

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