El viernes 23 de diciembre del
2.016 es ya un día histórico para los palestinos y para los que apoyan la justa
lucha de este pueblo. El Consejo de Seguridad de la ONU, con catorce votos a
favor, entre ellos los de España, Francia y Reino Unido, y una abstención, la
de EE UU, condenó al Estado de Israel por seguir con su política expansiva de
asentamientos de colonos en los territorios palestinos ocupados, a la vez que
instó a los sionistas al “cese inmediato y completo de los asentamientos
judíos”. Es la primera vez en mucho tiempo que la ONU condena a Israel, ya que
tradicionalmente EE UU ha vetado todas las resoluciones contra las continuas
violaciones de los derechos humanos y de la legalidad internacional por parte
de Israel. Pero, la Asamblea General de la ONU, donde no hay derecho de veto y
donde votan todas las naciones de la Tierra, ya ha condenado a Israel en varias
ocasiones en el pasado. La resolución mas importante de la Asamblea General
contra Israel es la que pedía a ese país que devolviera los territorios ocupados
en la guerra de 1.967, algo que los sionistas no solo no han hecho, sino que,
al contrario, han seguido ocupando territorios palestinos. No han hecho otra
cosa desde la creación del Estado de Israel, el 14 de mayo de 1.948.
El primer ministro de Israel,
Benjamín Netanhayu, que gobierna en coalición con los ultraortodoxos mas
impresentables, se ha manifestado airado contra los EE UU, que está vez no le
han salvado el trasero, y contra la ONU, a la que ha amenazado con retirarle la
financiación e incluso con abandonar ese organismo internacional.
El Gobierno de Israel, como es su
tradición, no hará ningún caso a la legalidad internacional que emana de la ONU
y seguirá cometiendo todo tipo de fechorías. Pero, Israel, que ha atacado
países soberanos sin provocación alguna (como Líbano, Siria, Irak, Sudán, etc)
que ha asaltado buques civiles en aguas internacionales provocando muertos y
heridos o que mantiene una fuerza nuclear con sofisticados vectores, como modernos
submarinos Delfín, de fabricación alemana, armados con misiles de crucero o
incluso con misiles estratégicos Jericó III, de producción propia, con un
alcance de hasta 11.000 kilómetros, se ha convertido en un Estado pirata y
peligroso ante los ojos del mundo.
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