jueves, 25 de agosto de 2011

LA CARTA SECRETA

Hace un par de meses decíamos que el Gobierno socialista no tomaría ninguna medida mas en la línea de los últimos tiempos, es decir, ataques a los derechos de los trabajadores, recortes sociales y salariales y subidas de impuestos, antes de las próximas elecciones generales y nos ratificamos en ello cuando el presidente Zapatero anunció que estas serían el 20 de noviembre, pues bien, nos equivocamos por completo.
José Luis Rodríguez Zapatero nos ha anunciado que va a reformar la Constitución para que esta recoja el límite del déficit y lo ha pactado con el PP y los nacionalistas de derecha, (El PNV ya ha dicho que, de paso que se modifica la Constitución, se introduzca el derecho de autodeterminación) por si esto fuera poco, el Gobierno del PSOE también nos anuncia que los contratos temporales se podrán encadenar sin límite ( hasta ahora el tope estaba en dos años) y que los contratos de formación y aprendizaje, con unas condiciones salariales tercermundistas, podrán realizarse hasta a la edad de 30 años.
¿Se ha vuelto loco Zapatero? ¿no se da cuenta el Presidente del Gobierno que va a abocar a su partido al desastre electoral?. Al parecer, el fondo de la cuestión es la carta que el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, ha remitido a nuestro Ejecutivo poniendo como ultimátum que, o se toman estas y, seguramente, otras medidas que todavía no sabemos, o España será intervenida. Zapatero no quiere pasar a la Historia con ese San Benito.
A Rubalcaba le quedó cara de tonto cuando se enteró de la decisión que Zapatero había tomado por su cuenta, sin consultar con el partido ni con el grupo parlamentario socialista y tuvo que hacer alguna pirueta dialéctica para intentar justificar la monumental fechoría de la reforma constitucional sin referéndum. Pero la rebelión se extiende por las filas socialistas. El ex-Secretario General de CC OO y diputado del grupo socialista, Antonio Gutiérrez, se explayó bien a gusto el miércoles 24 en la cadena SER y en RNE, hacía mucho tiempo que no escuchábamos una crítica tan demoledora y tan sensata. Pero no ha sido el único, parece que son muchos mas dentro del PSOE los que se han hartado de tragar con tanta mierda. Pesos pesados como Borrel e incluso Guerra, bien sea como táctica o estrategia, realmente convencidos o buscando acomodo a la nueva situación que se avecina, también se han sumado a los díscolos.
Es la segunda vez desde que nos diéramos la Constitución de 1. 978 que pretenden dirigir nuestros destinos desde fuera. La primera fue el golpe de Estado contra el presidente Suárez, el de verdad, no la “tejerada”, que culminó con su renuncia televisada sin contarnos las claves de la trama que lo apeó del poder y cuales fueron sus verdaderos protagonistas, pero ahora sí es de conocimiento público que la nueva derecha que dirige Europa, que capitanean, al alimón, Ángela Markel y Nicolás Sarkozy, es la que quiere gobernar España, ya lo está haciendo a través de los que no tienen mas ideología que el oportunismo. Trichet, con su carta que pretendía ser secreta, solo ha obedecido órdenes.
O el pueblo español, independientemente de credos políticos, se levanta y se moviliza para meter miedo a los que están delineando un negro futuro para todos nosotros o nos comerán vivos.
Una ruptura significativa de la disciplina de voto el martes 30 de agosto en el grupo parlamentario socialista sería una reacción valiente, patriótica e inteligente, pero hace ya mucho tiempo que no creemos en los milagros.

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