domingo, 11 de febrero de 2018

ISRAEL ATACA A SIRIA

Israel ha realizado más de una docena de ataques aéreos en los últimos días sobre Siria, ya he perdido la cuenta de cuantos ataques han realizado los sionistas sobre ese país y cuantas veces han violado su soberanía con lanzamiento de misiles, bombardeos, infiltración de comandos y vuelo de drones desde que comendó allí la guerra contra los yihadistas apoyados por las monarquías feudales árabes y, de facto, por los EE UU y algunos de sus aliados. Israel, ese Estado pirata que se pasa las resoluciones de la ONU por la entrepierna y que lo mismo puede bombardear un país a miles de kilómetros de sus fronteras que no le hizo nada, como Sudán, que atacar barcos civiles en aguas internacionales causando muertos y heridos, siempre encuentra alguna “justificación” para sus ataques, en el caso concreto de Siria unas veces han sido armas que podrían caer en manos de Hezbolá o, como en el caso más reciente, que un dron iraní procedente de Siria habría violado sus fronteras. Pero, la verdad es bien distinta, Israel no se resigna a que finalmente Al Assad se mantenga en el poder, que se acabe la guerra en Siria y que se establezca un corredor chiíta desde Irán al Líbano, por eso sus ataques, los cuentos para los niños pequeños, se dirigen directamente contra el Ejército Árabe Sirio y sus instalaciones. Exactamente lo mismo están haciendo ahora en Siria los EE UU, que violando también la soberanía de ese país y la legalidad internacional han construido a toda prisa un ejército variopinto para luchar contra la tropas gubernamentales, un ejército donde los terroristas del antiguo Frente al Nusra, filial de Al Qaeda, son hegemónicos y que paga principalmente Arabia Saudí. Hace unos días la artillería yihadista, apoyada por la aviación norteamericana, mató a más de 100 soldados y dejó cientos de heridos entre las filas del EAS en Deiz Ezzor, una provincia rica en petróleo. Pero, los ataques israelíes sobre Siria vienen de antiguo: justo después de la medianoche del 6 de septiembre de 2.007 el 69 escuadrón de la Fuerza Aérea Israelí, compuesto por aviones F-15 “Strike Eagle”, además de varios cazabombarderos F-16 “Fighting Falcon” y una aeronave de guerra electrónica, atacaron, sin provocación alguna, un supuesto reactor nuclear sirio que habría proporcionado Corea del Norte. Esa fue la más grosera intervención sionista en Siria porque es precisamente Israel el único país de todo Oriente Próximo y Medio que dispone de armas nucleares y sofisticados vectores de lanzamiento, desde modernos submarinos “Delfín” de fabricación alemana, hasta cazabombarderos F-15 de fabricación estadounidense pasando por los misiles intercontinentales “Jericó III” (rango, 11.000 kms) de fabricación propia, imposibles de justificar para un teatro de operaciones regional ¿Alguien se imagina lo que hubiera sucedido si Siria hubiera bombardeado el reactor que Francia le vendió gentilmente a Israel y del que los sionistas obtienen el plutonio para sus bombas atómicas?

Rusia está alarmada y Vladimir Putin ha llamado por teléfono a Netanyahu para frenarlo, pero parece que con poco éxito. El presidente ruso desoyó en su día el consejo de presidente de Irán, “no te fíes de esa gente”, y ha estado compadreando con israelíes, saudíes y norteamericanos, los mismos que le están clavando un cuchillo en la espalda en Siria. Rusia ha establecido la heterodoxia como praxis de su política exterior y eso es, además de poco serio, muy arriesgado.

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