martes, 15 de diciembre de 2015

RAJOY PIERDE LOS PAPELES

Yo no esperaba, para nada, que en el debate mas importante de esta campaña electoral, entre el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y el candidato del principal partido de la oposición, Pedro Sánchez, quedaran en evidencia tan claramente la falta de ideas, la falta de respeto a los electores y la bajeza moral de los contrincantes.
Un debate que, en teoría, tendría que haber sido preparado concienzudamente empezó mal desde el principio. Suspenden los asesores de imagen de ambos partidos, porque cometieron varios errores que son imperdonables. Pedro Sánchez llevaba un traje de un color azul horrible, que le quedaba pequeño, y una corbata demasiado estrecha, pero, peor fue lo de Rajoy que iba impecablemente vestido sí, pero que tenía que mirar continuamente hacia arriba para dirigirse al candidato socialista, que es algo mas alto que el. Eso se hubiera solucionado fácilmente exigiendo unas sillas de oficina para sentarse con elevador a bombín de gas. Estas cosas parecen tonterías, pero cuestan miles de votos.
El preámbulo de la contienda fue una breve declaración de intenciones que ambos candidatos leyeron y que no tenía ni frescura ni interés alguno. Al principio del debate ambos estaban visiblemente nerviosos, Pedro Sánchez hablaba demasiado rápido (es imprescindible una cadencia adecuada para ser entendido y dar imagen de credibilidad) mientras que Rajoy, que verbalizaba mucho mejor, mantenía un bolígrafo entre sus manos, yo no sé si copiando a Pablo Iglesias o a Humphrey Bogart y las bolas que sacó cuando lo juzgaban en la magnífica película de 1.954, “El motín del Caine”. Sánchez estaba perdiendo por goleada, porque parecía un charlatán de feria ofreciendo cosas, “vamos a hacer esto, vamos a hacer lo otro” mientras que Rajoy daba una imagen de seriedad y sensatez, contestando “porqué no lo hicieron cuando gobernaban o así nos dejaron ustedes el país”. Todo cambió de forma radical cuando salió a relucir el asunto de la corrupción. Sánchez acusó al PP de los escándalos que todos conocemos, incluido el de Bárcenas, pero atacó, además, personalmente a Rajoy, afeándole los famosos SMS y llamándolo corrupto. En este punto D. Mariano, visiblemente afectado, perdió los papeles y ya no volvería a levantar cabeza en todo el debate, convirtiéndose en un pelele en manos de un candidato socialista crecido. Yo tengo la impresión de que Rajoy no llevaba suficientemente preparado el debate, sobre todo no llevaba una respuesta adecuada a la previsible acusación de corrupción que le iba a lanzar D. Pedro. Porque los socialistas también han hecho de las suyas, no solo en Andalucía, también en Asturias y en donde han gobernado.
Como me temía, los verdaderos problemas de España y los españoles fueron tratados alegremente. Se prometieron mil cosas, pero no se dijo como se iban a financiar. Ambos candidatos escurrieron el bulto cuando se puso sobre la mesa como pensaban pagar la Deuda y, por supuesto, no dijeron nada sobre terminar con la economía sumergida y el fraude fiscal. Tampoco nos explicaron porque habían aprobado juntos el incremento sustancial de presencia militar extranjera en España, soslayando una de las condiciones del referéndum OTAN.

En resumen, yo creo que, como presumía, han sido otros candidatos los que han ganado este debate, precisamente los que no estaban.

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