miércoles, 30 de diciembre de 2015

FERNÁNDEZ SE SUMA A LOS IRRESPONSABLES

El presidente del Principado de Asturias, Javier Fernández, se ha unido al grupo de irresponsables que quieren llevar a España a otras elecciones generales. La operación está dirigida por la presidenta andaluza, Susana Díaz, que ejerce de maestra de ceremonias en el aquelarre, pero a ella también se han sumado otros dirigentes del PSOE, como el mismo presidente asturiano o el de Extremadura, Guillermo Fernández Vara (experto en descuartizar cadáveres, sean estos muertos cualquiera, es médico forense, o políticos) y otros/as que no se definen públicamente por miedo a que el desenlace final no sea el esperado, pero que ya ejercen de quintacolumnistas desde la misma noche de las elecciones e incluso antes. La iniciativa nada tiene que ver con los deseos de otras formaciones políticas a las que no vendrían mal otros comicios donde, a modo de una segunda vuelta, unos agruparían el voto de la derecha, PP, y otros el de una buena parte de la izquierda, Podemos, que se puede llevar desde votantes de IU, donde esta formación política no tiene posibilidad alguna de obtener diputados, hasta votantes socialistas asqueados por los navajazos entre sus dirigentes, porque de eso se trata, y no de otra cosa, la operación que dirige Susana Díaz.
Fue patético ver las imágenes de la última reunión en Ferraz, donde el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, leía cuales eran sus intenciones mientras Susana Díaz y Javier Fernández, entre risitas,  se hacían confidencias. La presidenta andaluza, con total falta de respeto hacia su jefe y con muchas ganas de protagonismo, ya había hecho toda clase de comentarios a los periodistas antes de entrar a la reunión.

Lo primero que Susana Díaz y la Banda del Azufre hicieron fue descartar cualquier acuerdo con Podemos y así se lo impusieron al secretario general; algunos dirigentes socialistas tienen especial animadversión hacia esa formación política, ni digamos, en particular, el presidente asturiano, que no estaba acostumbrado a las cosas que le espeta en la Junta General Emilio León. Pero, a continuación, también impusieron que no se facilitaría la investidura de Rajoy ni del PP, eliminado la posibilidad de la “Operación Menina”, es decir, que pudiera ser Soraya Sáenz de Santamaría la presidenta, permitiendo a Pedro Sánchez lavar la cara después de lo que le dijo a Rajoy en el debate televisivo electoral ¡Como si permitir la investidura de un presidente significara tener que gobernar con él o aceptar su programa electoral! Eso, si las presiones de los poderes fácticos no son lo suficientemente fuertes, solo puede conducir, evidentemente, a unas nuevas elecciones generales. En esa coyuntura de incertidumbre y en ese río revuelto es donde Susana Díaz y otros traidores esperan pescar, por eso su empeño en que no se aplace el Congreso del Partido y en no dejar ninguna salida a Pedro Sánchez.

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