lunes, 13 de diciembre de 2010

WIKILEAKS, LOS INFORMES SOBRE ESPAÑA


La pasada semana, el Gobierno que preside el señor Zapatero, pero que ahora parece dirigir el superministro Rubalcaba, consiguió distraer a la opinión pública de asuntos muy graves en los que están implicados altos cargos socialistas y que descubren en que manos estamos. No nos referimos a las nuevas medidas contra los ciudadanos que el presidente del Gobierno ha tenido que ir a explicar al Parlamento y que, según el vicesecretario general de Comunicación del PP, Esteban González Pons, fueron “tapadas” en los medios de comunicación con el escándalo de los dopajes a los atletas, tampoco a lo que se está conociendo sobre la implicación de destacados miembros del PSOE en la elaboración y distribución del vídeo sexual que protagonizaba Pedro J. Ramírez, director del diario El Mundo, sino a los informes norteamericanos sobre España que el sitio web de Julian Assange ha publicado en Internet y que también se han facilitado a algunos periódicos.
Si bien las cosas que está haciendo este Gobierno nadie se las podía imaginar ni en su peor pesadilla, recuerde usted que España continúa en Estado de Alarma, y que, por muchas piruetas dialécticas de los nuevos ministros y ministras, la gente ya es consciente de con quién se juega los cuartos, los papeles de Wikileaks son palabras mayores, pues son demoledores y descubren, en toda su crudeza, los escasos principios democráticos de quienes detentan el poder.
Hay cosas que sabíamos, otras que intuíamos y algunas sobre las que no teníamos ni idea. Que los informes sean de funcionarios USA adquiere un valor importante, porque no están manipulados o cocinados en las alcantarillas que maneja Rubalcaba, ese personaje maquiavélico que, si los comparamos, convierte a José Blanco en un pepito grillo inofensivo, casi una hermanita de la caridad. Ya nadie podrá discutir que Zapatero y los que le rodean supeditan los intereses de España a sus estrategias partidistas o, a la vista de cómo van las encuestas, a sus ocurrencias, que nada tienen que ver con el mandato de los electores y el sentir de la mayoría de los ciudadanos.
Que el presidente Zapatero haya ofrecido a los EE UU, sin consultarnos, la ampliación de la presencia de tropas extranjeras en España (ampliando la base de Rota y estableciendo un mando militar norteamericano para África en nuestro suelo) pone otra vez en cuestión la incorporación de España a la OTAN, pues en aquel referéndum la disminución significativa de la presencia militar USA en nuestro país era una de las tres condiciones establecidas para votar a favor de la adhesión. Pero ese ofrecimiento formaba parte de todo un paquete, a la carta, que nuestro Gobierno puso en bandeja a Washington para intentar congraciarse tras la retirada de nuestras tropas de Irak. La bajada de pantalones incluía, por supuesto, el incremento de nuestro despliegue en Afganistán, guerra en la que ya han caído cerca de 100 compatriotas. La supeditación del Plan Estratégico, e incluso de la dotación de nuestras Fuerzas Armadas, a los intereses norteamericanos continuaría e incluso podría incrementarse. Las fragatas con el sistema AEGIS y el carísimo buque de proyección estratégica “Juan Carlos I”, son exponentes de una doctrina militar que no pone el acento en la defensa de nuestras fronteras, como manda la Constitución, sino en la integración con la NANY y la colaboración con las aventuras imperiales. El Gobierno que presidía José María Aznar, que tampoco sale bien parado en los documentos de WikiLeaks, compartía la misma filosofía servil.
Otro tema, para nada baladí, es el del asesinato del periodista José Couso. Mientras se daba palmaditas en la espalda a sus padres y se ofrecía la colaboración gubernamental para esclarecer los hechos, se aseguraba al embajador americano que se haría todo lo posible para entorpecer la labor de la Justicia española.
El asunto mas grave es la revelación de que EE UU considera a Cataluña el centro del “yihadismo” en el Mediterráneo. Este informe, que no tiene desperdicio, achaca a la falta de control sobre la inmigración ilegal, y a que centenares de miles de personas residen en España indocumentadas, las facilidades que ofrece nuestro país para que grupos terroristas campen a sus anchas. Si la gente supiera las dificultades con que se encuentran las policías, Guardia Civil y los servicios secretos para prevenir atentados, merced a los imperativos políticos de los irresponsables que nos gobiernan, quizá cambiaran algunas opiniones sobre el control de la inmigración ilegal. En Cataluña hay 60.000 pakistaníes indocumentados, la mayoría personas que han llegado a España para intentar sobrevivir, pero, como en Madrid y en otras ciudades, hay gente que está en otra cosa. La carnicería del 11M se puede volver a repetir porque no se han dado los medios a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para poder neutralizar otro atentado, entre los que el conocimiento y control de la identidad es imprescindible.
Rubalcaba, ya lo verá usted, nos sorprenderá con otras peligrosas distracciones cuando se aproximen las elecciones. La gente debería recordar, visto lo que pasó con la trama de los GAL, hasta donde son capaces de llegar algunos que, por aquel entonces, incluyendo a D. Alfredo que era ministro de La Presidencia y encargado de las relaciones con las Cortes, negaron reiteradamente que el Gobierno de Felipe González tuviera algo que ver en el terrorismo de Estado y se libraron de la espada de la Justicia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario