martes, 14 de diciembre de 2010

LA PRORROGA DEL ESTADO DE ALARMA


Como usted sabe, España se encuentra en Estado de Alarma, una situación, como el Estado de Emergencia o el Estado de Sitio, que la Constitución contempla solo para casos excepcionales, tal es así que la Carta Magna solo autoriza la duración del decreto gubernamental por un máximo de 15 días, que solo se pueden prorrogar con el mandato de la mayoría parlamentaria en el Congreso de los Diputados. La repercusión que tiene el Estado de Alarma en la vida democrática es de tal calado que, por ejemplo, mientras está vigente, no se pueden disolver las Cámaras ni convocar elecciones. El Gobierno socialista que preside Zapatero y que dirige Rubalcaba ha recurrido a esta medida para, según nos han dicho, “acabar con la huelga salvaje de los controladores aéreos”, pero no es cierto. La verdad de lo que está pasando, como ya advertimos el pasado Julio, es la privatización de AENA y del Tráfico Aéreo, (esto último se anunció ayer lunes día 13). Se pretendía tener atados de pies y manos a los controladores para obligarles a aceptar nuevas condiciones laborales y económicas antes de traspasar esa empresa pública a sus amiguetes, entre los que se encuentran algunas empresas próximas al poder, incluida Caixa Catalunya, por eso los nacionalistas de CIU, que van a gobernar ahora, apoyarán la prórroga de la medida excepcional.
La maniobra fue perfectamente orquestada y cuando se presentó a los controladores, el viernes anterior al fatídico puente de la Constitución, un documento que mermaba en gran medida sus condiciones laborales (las bajadas de sueldo llegan hasta el 40% e incluso se tienen que recuperar las horas de las bajas por enfermedad o maternidad) estos estallaron indignados y se fueron a sus casas, además muchos ya habían cumplido la jornada anual de horas firmadas con AENA. Inocentemente habían picado el anzuelo empatado por Rubalcaba, Blanco y Chacón, con la coartada de la indignación ciudadana y el perjuicio para los intereses de España, el Gobierno decretó el Estado de Alarma y se militarizó a este colectivo.
La medida, que se está usando para impedir el derecho que todos los trabajadores tienen a la huelga, también es un arma arrojadiza contra los pilotos y los empleados de tierra que, ante la nueva situación que plantean las privatizaciones, están a punto de estallar.
La irresponsabilidad que ante lo que está sucediendo ha mostrado mucha gente tiene que tener un punto de inflexión. Ni tan siquiera el fanatismo político puede dejarnos tan ciegos.
Algunos partidos políticos minoritarios, como UPyD e IU, han estado acertados y no se han sumado al linchamiento a los controladores orquestado por el Gobierno, pero el PP no se ha atrevido a enfrentarse a una opinión pública mediatizada por los maquiavelos socialistas y ha mantenido una ambigüedad que dejaba hacer.
Esperamos que el principal partido de la oposición y los que, desde el primer momento, han entendido la gravedad de la maniobra, sean contundentes en el obligado trámite parlamentario que el Gobierno tiene que pasar para prorrogar el Estado de Alarma. Nos estamos jugando la Democracia.

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