sábado, 18 de diciembre de 2010

LA HORA DE LA VERDAD PARA LA IZQUIERDA


Estas navidades van a ser muy tristes para mucha gente, sobre todo para las personas mayores que, después de toda una vida de sacrificios y penurias, habían conseguido darnos un país del que no nos sintiéramos avergonzados. Los abuelos miran sus hijos y a sus nietos sin ese brillo en los ojos que dan la alegría y la confianza, ellos han padecido lo peor y su experiencia les dice que sus familiares mas jóvenes también van a conocer un mundo dramático. La España ilusionada de la Transición se ha convertido en una nación donde sus ciudadanos lloran por las esquinas. Habrá que levantarse y luchar, como hicieron esos héroes de frente arrugada, en épocas mucho peores, que deben ser un ejemplo para todos nosotros.
El Gobierno de la pseudoizquierda continúa con sus furibundos ataques contra los trabajadores. Estos falsos socialistas, bajo la coartada de la presión de los mercados, han abaratado y facilitado el despido, han congelado las pensiones, han bajado los salarios a los funcionarios, han subido los impuestos y, ahora, en el colmo de la desvergüenza, pretenden elevar la edad de jubilación a los 67 años y ampliar el cómputo anual para que las pensiones de los ancianos sean aún de mas miseria. Son los mismos que compraban votos con nuestro dinero, ¿se acuerda usted de los 400 euros, el cheque bebé, ordenadores para todos, etc?, también son los que con 7 años de parlamentarios se pueden jubilar con el 100% de su sueldo.
También han eliminado (a partir del próximo Febrero) los 420 euros para los parados de larga duración, muchos mayores de 50 años con muy pocas o nulas posibilidades de encontrar empleo, que irán directamente a la indigencia.
El país del nunca jamás, se ha convertido en una España que empieza a coquetear con la miseria, con casi cinco millones de parados, donde el salario mínimo interprofesional es de los mas bajos de Europa y donde una gran parte de la ciudadanía tiene sueldos por debajo de los mil euros mensuales.
La pseudoizquierda que dirige Zapatero ha manchado para siempre la memoria del PSOE de Pablo Iglesias. Pero al presidente lo siguen arropando miles de cargos públicos y cuadros del Partido que no se podrán ir de rositas cuando saquen de la chistera al mirlo blanco que nos están preparando para las próximas elecciones. Los que ahora callan como muertos, mientras se toman medidas que van a dejar el camino bien trillado para la derecha, serán tratados también como responsables de todo lo que está sucediendo.
Si usted se tiene que restregar los ojos porque parece que está en una pesadilla, aún no ha visto nada. Los oportunistas nos tienen preparadas piruetas inverosímiles para seguir enganchados a las ubres públicas. Se verán en los próximos meses.
El nuevo equipo ministerial, de verborrea fácil, será el encargado de decirnos que el aceite de ricino es por nuestro propio bien, el de contarnos, cuando Batasuna acuda a las elecciones municipales después de otro falso alto el fuego, que gracias a ellos se ha terminado con la violencia etarra, serán los que pretendan vendernos un nuevo líder para seguir haciendo las mismas cosas.
Para la izquierda todo esto ya es demasiado. Los sindicatos, ahora sí, están en pie de guerra y amenazan con movilizaciones y una huelga general de las de verdad, ha cambiado el tono y el discurso sindicalista ya ataca directamente al Gobierno.
Aunque van a pretender desligar las próximas elecciones municipales y autonómicas de las fechorías gubernamentales con frases del estilo “no castigue a su alcalde, espere para castigar al presidente”, los ciudadanos están impacientes para, con su voto, echar a patadas a los que nos han traído hasta este estado de cosas y a los que los han jaleado o arropado.
Afortunadamente se empiezan a escuchar voces discrepantes dentro del PSOE, unas interesadas, porque ven peligrar su futuro político, pero algunas sinceras, que ya no reconocen a los que nos gobiernan como compañeros. Ha llegado la hora de la verdad para la izquierda.

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