Lo que estamos viendo estos días en Melilla es de vergüenza. Otra vez Marruecos, ahora que se agotan los acuerdos preferenciales con la UE, chulea a España para obtener mas dinero. Unas veces utilizan la pesca como chantaje, otras a una activista saharaui, como Aminatu Haidar, para pasar a España sus problemas y también recurren de vez en cuando, cuando les interesa, a causar problemas en nuestros territorios norteafricanos. Porque España, dejémoslo claro, no solo está en Europa, nuestras CC AA de Canarias, Ceuta y Melilla, están en Africa y, como las demás tierras del Estado, deben ser defendidas. No vanos a argumentar aquí la inequívoca españolidad de aquellas plazas, para cualquiera que sepa algo de Historia es superfluo, pero habrá que decir que si el reino de Marruecos tiene algo que reivindicar que lo haga en las instancias y organismos internacionales pertinentes, lo que no se puede permitir son espectáculos como los que periódicamente hemos vivido y que, si no se enseñan los dientes, estaremos condenados a padecer en el futuro.
Dejémonos de tonterías, detrás de esa veintena de alborotadores fronterizos está el Gobierno marroquí y el propio rey Mohamed VI, pues no se mueve nada en el reino alauí sin ambos consentimientos. No nos gusta la respuesta humillante del Gobierno español, ni la utilización del Jefe del Estado para tratar este tipo de asuntos, ni el oportunismo de la oposición para intentar sacar réditos políticos, ni el silencio de la ministra de Igualdad ante las agresiones marroquíes a las policías nacionales por su condición de mujer. Sépalo nuestro Gobierno y nuestros políticos, en el asunto de las relaciones con Marruecos, como en tantos otros, ya estamos hartos.
Que Marruecos quiere impedir la entrada de productos en Melilla para chantajear a España, pues bien, actuemos de forma inteligente, cerremos la frontera y pongamos en marcha de forma inmediata la logística necesaria para abastecer la plaza desde la Península, por mar o por vía aérea si fuera necesario, ya veremos quien tiene entonces el problema. Refuércese de paso la vigilancia fronteriza y la guarnición militar de la ciudad.
Dicen que los pueblos tienen los gobiernos que se merecen, pero no es cierto, ni los ciudadanos de Marruecos, abocados a la miseria o la emigración, se merecen la dinastía despótica que reina sobre sus vidas (las haciendas también son allí de la corona), ni los españoles, aunque no tengan muy claro lo que votan, deberían estar condenados a llevar la cruz de unos políticos irresponsables que juran o prometen la Constitución para luego pasársela por la entrepierna. Porque, en efecto, una de las cosas que dice nuestra Carta Magna votada, como usted sabe, en referéndum por la mayoría de los españoles, es que las Fuerzas Armadas deben velar por la integridad territorial del Estado, pero para que esto sea así, para que nuestros ejércitos estén preparados para cumplir el mandato emanado del pueblo, deben tener la dotación humana y material suficientes y, por supuesto, estar bien coordinados y dirigidos. Pero las FF AA carecen de un Plan Estratégico basado en las tareas que les asigna la Constitución, es más, miles de nuestros soldados están destinados lejos de nuestras fronteras, participando en misiones que nada tienen que ver con lo que votamos los españoles, ni cuando se votó la Constitución ni cuando el referéndum OTAN, que tenía tres condiciones de las que ya nadie parece acordarse, además, los planes de dotación de material están pensados mas para la proyección exterior de la fuerza, como apoyo a los EE UU en Afganistán, por ejemplo, que para un despliegue defensivo doméstico. Es decir, por la ineptitud de los políticos que tenemos, nuestros ejércitos no están preparados para defender nuestro Estado ni sus fronteras. Ante una crisis como la del islote de Perejil, Aznar tuvo que acudir pedigüeño a su amigo Bush para que Colin Powell pusiera en su sitio a los marroquíes. Que un país que dice ser la octava potencia económica del mundo se deje chantajear por otro cuyo PNB está pero que muy lejos del nuestro y que se tenga que acudir al "amigo americano" para salvarnos el trasero, es poco serio.
Marruecos no tiene entidad para poder tomarnos el pelo si nuestro Gobierno se apoya en la UE y si se dota de lo necesario a los que constitucionalmente están encargados de defender nuestras tierras, para que exista un nivel de disuasión efectivo y eficaz.
Dejémonos de tonterías, detrás de esa veintena de alborotadores fronterizos está el Gobierno marroquí y el propio rey Mohamed VI, pues no se mueve nada en el reino alauí sin ambos consentimientos. No nos gusta la respuesta humillante del Gobierno español, ni la utilización del Jefe del Estado para tratar este tipo de asuntos, ni el oportunismo de la oposición para intentar sacar réditos políticos, ni el silencio de la ministra de Igualdad ante las agresiones marroquíes a las policías nacionales por su condición de mujer. Sépalo nuestro Gobierno y nuestros políticos, en el asunto de las relaciones con Marruecos, como en tantos otros, ya estamos hartos.
Que Marruecos quiere impedir la entrada de productos en Melilla para chantajear a España, pues bien, actuemos de forma inteligente, cerremos la frontera y pongamos en marcha de forma inmediata la logística necesaria para abastecer la plaza desde la Península, por mar o por vía aérea si fuera necesario, ya veremos quien tiene entonces el problema. Refuércese de paso la vigilancia fronteriza y la guarnición militar de la ciudad.
Dicen que los pueblos tienen los gobiernos que se merecen, pero no es cierto, ni los ciudadanos de Marruecos, abocados a la miseria o la emigración, se merecen la dinastía despótica que reina sobre sus vidas (las haciendas también son allí de la corona), ni los españoles, aunque no tengan muy claro lo que votan, deberían estar condenados a llevar la cruz de unos políticos irresponsables que juran o prometen la Constitución para luego pasársela por la entrepierna. Porque, en efecto, una de las cosas que dice nuestra Carta Magna votada, como usted sabe, en referéndum por la mayoría de los españoles, es que las Fuerzas Armadas deben velar por la integridad territorial del Estado, pero para que esto sea así, para que nuestros ejércitos estén preparados para cumplir el mandato emanado del pueblo, deben tener la dotación humana y material suficientes y, por supuesto, estar bien coordinados y dirigidos. Pero las FF AA carecen de un Plan Estratégico basado en las tareas que les asigna la Constitución, es más, miles de nuestros soldados están destinados lejos de nuestras fronteras, participando en misiones que nada tienen que ver con lo que votamos los españoles, ni cuando se votó la Constitución ni cuando el referéndum OTAN, que tenía tres condiciones de las que ya nadie parece acordarse, además, los planes de dotación de material están pensados mas para la proyección exterior de la fuerza, como apoyo a los EE UU en Afganistán, por ejemplo, que para un despliegue defensivo doméstico. Es decir, por la ineptitud de los políticos que tenemos, nuestros ejércitos no están preparados para defender nuestro Estado ni sus fronteras. Ante una crisis como la del islote de Perejil, Aznar tuvo que acudir pedigüeño a su amigo Bush para que Colin Powell pusiera en su sitio a los marroquíes. Que un país que dice ser la octava potencia económica del mundo se deje chantajear por otro cuyo PNB está pero que muy lejos del nuestro y que se tenga que acudir al "amigo americano" para salvarnos el trasero, es poco serio.
Marruecos no tiene entidad para poder tomarnos el pelo si nuestro Gobierno se apoya en la UE y si se dota de lo necesario a los que constitucionalmente están encargados de defender nuestras tierras, para que exista un nivel de disuasión efectivo y eficaz.
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