domingo, 22 de agosto de 2010

IRAQ Y AFGANISTAN, ¿QUIEN GANA ESTAS GUERRAS?


Esta semana se han producido acontecimientos relevantes para el Sur de Asia, ha comenzado la retirada de las tropas norteamericanas de Iraq y en el balneario de Sochi, a orillas del Mar Negro, se han reunido los presidentes de Rusia, Afganistán, Pakistán y Tayikistán, Medvédev, Karzai, Zarnani y Rakhmon, respectivamente. ¿Qué tienen que ver estos acontecimientos aparentemente inconexos?.
Como usted sabe, en Iraq y Afganistán la OTAN, y algunos otros países aliados de EE UU, vienen desarrollando dos cruentas guerras desde hace años. Hay varias razones por las que los USA se embarcaron en esas aventuras entre las que podríamos citar el mantenimiento del control sobre el mercado mundial del petróleo, en el caso iraquí, y poder disponer de una buena cabeza de puente ante un conflicto armado con Irán, en el de Afganistán. Yo espero que usted no sea de los ingenuos que se tragaron lo de "las armas de destrucción masiva de Sadam" ni de los que piensa que los EE UU y sus incondicionales han ido a Afganistán a imponer la democracia y liberar a las mujeres del burka.
La guerra de Afganistán comenzó cuando los soviéticos, invadiendo el país, apoyaron el gobierno comunista, la URSS siempre había querido una salida al Océano Indico y se presentaba una ocasión de oro. Inmediatamente, EE UU, Pakistán y Arabia Saudí, montan una operación que, el día que se haga un estudio en profundidad del asunto, escandalizará al mundo. Se trataba de organizar un ejército capaz de derrotar al de la URSS, que era, no lo olvidemos, la fuerza convencional mas poderosa del planeta. USA pondría las armas, entre las que no faltarían los mas modernos misiles portátiles, Pakistán sería la base para los campos de entrenamiento y la logística y Arabia Saudí pondría el dinero y algunos hombres para dirigir el operativo, entre los que sobresaldría el hijo de un acaudalado constructor muy cercano a la familia real, un tal Osama Bin Laden. También se hacía imprescindible crear una organización capaz de reclutar mercenarios en algunos países árabes y Norteafricanos, ese fue el germen de Al Qaeda. Miles de yemeníes, egipcios, argelinos, etc, se prepararon durante meses en las bases pakistaníes en el manejo de modernas armas, pero también fueron adoctrinados por fanáticos suníes en un islamismo radical que tenía como principal enemigo al comunismo ateo. Naturalmente, se estaba creando un monstruo. No vamos a contar aquí las terribles consecuencias de tal irresponsabilidad porque ocuparía cientos de páginas, solo apuntar que el 11S, el 11M, las masacres del GIA en Argelia, la Guerra de los Balcanes, la de Chechenia, etc, quizá no hubieran sucedido nunca. La URSS, con más de 15.000 muertos, tuvo que abandonar Afganistán y la contaminación islamista afectó gravemente a algunas de sus repúblicas, como muy bien relató el escritor norteamericano Larry Collins en su novela "Laberinto", siendo una de las principales causas del desmoronamiento del Bloque Socialista.
En Iraq, como en Afganistán, USA se ha empantanado, de poco sirve derrotar al ejército enemigo sino podemos mantenernos o mandar sobre el territorio conquistado. Los grupos insurgentes suníes siguen muy activos, los de Al Qaeda, pero, sobre todo, una buena parte del aparato militar del anterior régimen, algunos de cuyos miembros mas relevantes siguen formando parte de esas cartas con sus fotos que aún no han podido ser tachadas.
Desde la llegada al poder de Putin, sus antiguos camaradas del KGB y algunos de sus fieles amigos del "Grupo de S. Petersburgo", la política de Rusia ha cambiado radicalmente. El etílico Yelsin había dejado hacer a los EE UU a su antojo pero la nueva dirección del Kremlin se tomó las cosas en serio. De la misma forma que el actual presidente ruso y segundo hombre fuerte de Rusia saneó potenció y dio el control del Estado a una empresa como Gazpróm, que estaba a punto de ser medio regalada a compañías occidentales, el nuevo equipo se propuso recuperar el papel de Rusia como gran potencia. Se retomaron programas armamentísticos estratégicos, como el misil "Bulava", prácticamente imposible de abatir, que echaron por tierra el programa norteamericano de Iniciativa de Defensa Estratégica, mas conocido como "Guerra de las Galaxias" que incluía la entrada en funcionamiento de bases interceptoras en Polonia y la República Checa que, como usted sabe, ha quedado suspendido. También se firmaron importantísimos acuerdos defensivos como el que permitió crear la Organización de Cooperación de Shanghai y el Tratado de Seguridad Colectiva, que incluyen a China, los países de Asia Central, Armenia, Bielorrusia, etc, todo ello conforma el ente que hemos llamado la Alianza Continental.
Igual que los ciudadanos de Ucrania se dieron cuenta que el hegemonismo ruso no tenía porqué ser necesariamente un problema (la factoría Antonov, que fabrica los aviones mas grandes del mundo, ha vuelto a estar a pleno rendimiento y este invierno habrá gas barato y abundante en los hogares de Ucrania), los EE UU y el presidente Obama han visto que ya no pueden sostener la guerra en Afganistán sin la intendencia rusa y que no son capaces de dar salida y estabilidad al conflicto iraquí. Es mejor la solución de ceder el control de la "barriga asiática" a la Alianza Continental que el riesgo de seguir revolviendo el avispero y de un Irán tirado al monte con un arsenal nuclear amenazante (se acaba de inaugurar la primera central nuclear iraní donde los rusos asumirán el control de los elementos fisionables).
Parece que, al final, será Rusia la que ganará estas guerras, sin tirar un tiro y mientras la OTAN pone los muertos. España, si tuviéramos un Gobierno inteligente, debería traer nuestras tropas a casa cuanto antes.

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