Los asturianos estamos muy
alarmados ante el deterioro de nuestra región en casi todos los aspectos. Yo no
puedo entender cómo, mientras cierra la minería del carbón sin alternativa
industrial alguna, los trabajadores de Alcoa están a un paso de quedarse en la
calle y más de 1.600 trabajadores de Arcelor se van para casa regulados, el
presidente del Principado, Javier Fernández, nos lanza un discurso optimista, en su mensaje de fin de año, y nos dice que “Asturias está en la senda de la
recuperación”. Casi todos los sectores productivos de nuestra región están en
crisis, somos la Comunidad Autónoma que menos crece, la más envejecida, la que
menos tasa de natalidad tiene, nuestros jóvenes tienen que emigrar y nuestra
Deuda sube exponencialmente ¿cómo se puede ser optimista? Javier Férnández o
ha perdido el juicio o nos quiere tomar el pelo.
No es la primera vez que hablo de
los “cisnes negros” así se ha dado en llamar a un acontecimiento con el que
nadie cuenta y que puede tener resultados traumáticos y/o catastróficos, y que
digo que en realidad los “cisnes negros” se dan en muy raras ocasiones, porque
la mayoría de los acontecimientos que para muchos son imprevisibles han sido
previstos por alguien. En este sentido, el año que comienza va a estar marcado
por las elecciones municipales, europeas y también autonómicas en la mayoría de
CC AA, sin descartar que también pueda haber elecciones generales, bien el
domingo 26 de mayo, junto con las otras, o en otoño y también estará marcado
por el juicio a los independentistas catalanes y seguramente por la publicación
de la sentencia. Ya sabemos que Torra ha dicho que no aceptarán nada que no sea
la libre absolución. Algunos sospechamos que el día de la publicación de la
sentencia, que, sin ninguna duda, será condenatoria, es el que ha escogido
Puigdemont para la insurrección general en Cataluña. Pero, junto a estos
acontecimientos ya previstos podemos asistir a otros tan importantes o más, tan
dramáticos o más, que no serán “cisnes negros” porque ya hay gente hablando de
ellos: En el plano internacional yo sigo con mucho interés la lucha entre Donald
Trump y los poderes fácticos de su país, que ahora están usando contra el
presidente estadounidense nada menos que a la Reserva Federal. Frente a los
deseos de Trump, la Reserva Federal no hace más que elevar los tipos de
interés, lo ha hecho en varias ocasiones en 2.018 y piensa seguir haciéndolo en
2.019. Eso no solo echará por tierra el crecimiento económico y la creación de
empleo en los EE UU y pondrá en grave riesgo a muchas empresas norteamericanas excesivamente
apalancadas, puede ser el detonante que faltaba para la explosión de la Burbuja
de la Deuda y provocar una crisis mundial muchísimo más grave y de peores
consecuencias que la crisis
financiero-inmobiliaria, la de las hipotecas “subprime”.
Volviendo a casa, en nuestra
región, ante lo que se nos está viniendo encima, ya hay gente que habla de “otra
revolución”, entre ellos conspicuos de Foro Asturias. No es cierto que la
Historia se repita, porque las circunstancias y los condicionantes son siempre
distintos, pero, sería una paradoja del destino que, igual que en 1.934,
mientras los políticos españoles van a estar centrados y preocupados por todo
lo que puede pasar en Cataluña, otra vez Asturias sea la protagonista, una
protagonista de otro drama a su pesar. Yo no creo que estemos ante otra
revolución, pero sí es posible una situación conflictiva en Asturias incluso
mucho peor que la que se dio en la mal llamada “reconversión industrial” de los
años 80 del siglo pasado, porque ahora los sectores y las clases sociales afectadas
son prácticamente todos/das. Este tampoco sería un “cisne negro”.
Un buen recorrido. Si nos centramos en Asturias, tendríamos que plantear por qué se cerraron empresas que hubieran podido reconvertirse, ejemplo, construcción naval en producciones de vagones para Talgo. ¿Por qué no se abrieron v´vías ferroviarias en el Cantábrico? ¿Por qué no se han utlilizado los fondos mineros para el fin que se habían creado?
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