Finalmente sí ha habido una
sorpresa en Andalucía, pero no la que esperábamos, la sorpresa ha sido la
espectacular bajada de pantalones de Vox, algo que ni en mis mejores sueños me
habría imaginado. Los que exigían la devolución de los inmigrantes
indocumentados, la retirada de las leyes de género y/o de su financiación y la
devolución de competencias autonómicas al Estado, finalmente han tragado con
todo, incluido el escarnio de tener que escuchar a los del PP y Ciudadanos que
no van a gobernar con los “populistas” y que todos los consejeros serán
constitucionalistas ¿Se han vuelto locos los ultraderechistas? pues no, simplemente
han hecho lo que finalmente siempre hace
la ultraderecha, favorecer a los ricos a costa de los trabajadores, aunque su discurso siempre es el contrario. La gente que conoce la Historia, en España y
en Europa, no necesita ejemplos. En efecto, los acuerdos a que han llegado las
derechas y la ultraderecha en Andalucía se resumen en una sola cosa, menos
impuestos para los ricos, que si ya pagaban poco ahora no pagarán nada, y que
eso lo paguen los trabajadores. Eso sí, la vida de los andaluces estará también salpimentada en los detalles por esas políticas pasadas de moda a las que algunos llaman clásicas. No hacía falta aguantar tanto sainete y tanto
postureo para llegar a esta meta. Yo pensaba que no se podía tomar más el pelo
a la gente de lo que se lo estaba tomando Ciudadanos, pero también en eso me
equivoqué, en el gallinero político español todo es posible y en la afición a
reírse de los españoles siempre hay alguien que se sublima y sube la cota,
ahora los líderes indiscutibles de la mofa y el escarnio son los de Vox, cuyos
votos habían sido en su mayor parte de los indignados, no de los ricos. Finalmente
tenemos un ménage á trois en Andalucía, donde tres se meten en la misma cama a
hacer sus cosas pero te dicen que cada uno ha pactado por separado. No tienen
vergüenza.
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