Las elecciones municipales y
europeas del 26 de mayo están a la vuelta de la esquina. Ese día también habrá
elecciones autonómicas en la mayoría de CC AA y no se puede descartar del todo
que también las pueda haber generales, si los nacionalistas e independentistas
no aprueban los Presupuestos de Sánchez y se arriesgan a que ganen las
elecciones las derechas, esas derechas que dicen todos los días que les van a
volver a aplicar el Artículo 155 de la Constitución. Sin duda van a ser éstas unas
de las elecciones más importantes desde la Transición, porque hay nuevos
actores, que en realidad son más viejos que el aparador apolillado de mi abuela, y
porque los contextos sociopolítico y económico-social dan miedo. En este
sentido, ninguna región de España tiene problemas tan graves como los de Asturias,
la comunidad autónoma más envejecida, la que menos tasa de natalidad tiene, la
peor comunicada y la que tiene sus pilares industriales cayéndose a pedazos,
por citar solo algunos de nuestro principales problemas. Es decir, las
elecciones en Asturias, una región tradicionalmente de izquierdas, se van a
celebrar en un contexto explosivo donde cualquier cosa podría suceder. No es la
primera vez que hay un tsunami electoral en Asturias, no hace tanto tiempo que
los fenómenos Cascos y Foro Asturias lo pusieron todo patas arriba y, contra
todo pronóstico, ganaron las elecciones en nuestra región. Pocos analizaron
seriamente el porqué de lo que sucedió entonces, como fue posible que un
exministro del PP, que había sido también lugarteniente de Manuel Fraga, ganara
las elecciones. No hacer aquel análisis puede llevar a cometer los mismos o
parecidos errores.
Políticamente, muchas cosas han
cambiado en Asturias. Ya no hay un acuerdo tácito entre el PP y el PSOE para
tener controlado el cotarro, un acuerdo tácito que a veces se hizo explícito,
como cuando votaron juntos contra los Presupuestos del Gobierno de Cascos para
echarlo abajo. Ahora hay otras hojas de ruta y otros actores. No casualmente,
en política nada pasa por casualidad, ninguno de los que fueron cabeza de lista
en las pasadas elecciones autonómicas en Asturias se va a presentar ahora. Ni
Fernández, ni Cherines, ni Llamazares, ni León, ni García. En el PSOE manda ya otra gente,
los que siguieron fieles a su secretario general cuando sus propios compañeros
le dieron un golpe; Mercedes Fernández, tras cinco derrotas electorales, tener
a su partido en Asturias como una jaula de grillos y votar dos veces contra
Casado, ha caído definitivamente en desgracia; Gaspar Llamazares se ha puesto
el solo la soga al cuello, militando en dos organizaciones a la vez e intentado
hacer una labor quintacolumnista en IU en favor de Actúa; León no será cabeza
de lista de Podemos, sin que sepamos exactamente el porqué, aunque nos lo
imaginamos y tampoco estará Nicanor García por Ciudadanos. A la novedad de nuevas caras habrá que añadir la de nuevos
partidos, en concreto el más importante de los nuevos será Vox. Es decir, las
izquierdas se presentarán con tres partidos y las derechas con cuatro, los
electores se podrán quejar de lo que quieran menos de que no tienen un amplio
abanico de opciones para elegir.
A falta de un programa serio para
sacar a Asturias del pozo, porque no vamos a ver ese programa serio por ninguna
parte, las caras y el carisma de los candidatos pueden ser decisivos. Pocos
hubieran votado en su día a Foro Asturias, por ejemplo, si Cascos y sus
declaraciones y artículos en la prensa regional no hubieran estado al frente. Este
partido cometió dos errores tremendos, uno que D. Francisco se apartara de la
primera línea y otro presentarse junto al PP en las elecciones generales y
votar a favor de todas las fechorías de Rajoy en el Congreso de los Diputados,
pero ahora es el que acude a las elecciones autonómicas con la mejor o menos
mala cabeza de lista, la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón. Yo no me atrevo a
hacer pronósticos, pero sospecho que, por el contexto y por las caras, puede
haber algo más que sorpresas. Asturias no es Andalucía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario