domingo, 20 de enero de 2019

EL REGRESO DE AZNAR


El Partido Popular celebró el pasado fin de semana una Convención Nacional en Madrid (los partidos a los que les sobra el dinero, el dinero del contribuyente, hacen este tipo de cosas mientras otros, como IU, tienen que hacer una colecta para poder pagar la fianza que les ha exigido un juez del Tribunal Supremo para que puedan presentar una demanda contra el rey emérito, D. Juan Carlos I, por corrupción sobre la base de las grabaciones del excomisario Villarejo en las que Corinna hace revelaciones sobre supuestos negocios ilícitos del monarca) en esa Convención reapareció Aznar exultante, su pupilo, Casado, que se amamantó en la Fundación FAES (que también pagamos los contribuyentes) ha llegado a presidente del PP y todos se suben al carro del “éxito” cosechado en las elecciones andaluzas, ya sabe usted, 300. 000 votos menos y siete diputados menos, pero con la presidencia de esa comunidad autónoma en el bolsillo. Aznar ha vuelvo en olor de multitudes, porque para las huestes del PP estuvo muy bien ir a la Guerra de Irak, hinchar la burbuja financiero-inmobiliaria más que nadie y también más que nadie privatizar las empresas públicas rentables; para esos seguidores acríticos, seamos caritativos en los adjetivos, incluso Aznar hizo lo que debía tras los sangrientos atentados del 11M, echar la culpa a ETA de lo sucedido, pues aún te dicen en la intimidad que en realidad aquellos no fueron atentados terroristas de los yihadistas, sino un complot de los socialistas y ETA para hacerse con el Gobierno de España. Este personaje, el único del trío de Las Azores que no ha reconocido que se equivocó en el asunto de Irak, el mismo que no nos ha pedido aún perdón por decirnos ante las cámaras de TV que Sadam Hussein tenía “armas de destrucción masiva”, el del Yak 42 y nuestros soldados muertos, este tipo, es el que ha cambiado ahora su púlpito de FAES por el estrado del PP para darnos consejos y decirnos lo que hay que hacer y lo que no. Nada nos ha dicho, sin embrgo, sobre las declaraciones que, cuando él gobernaba, hizo su ministro Josep Piqué: “Con la privatización de las Eléctricas habrá mayor competitividad y bajará el recibo de la luz”, tampoco nos ha hablado de “las puertas giratorias” y de la corrupción, con “mordidas” en dinero negro, que fue moneda corriente en su partido cuando él estaba al mando. Con la ultraderecha amenazándolos electoralmente, los que te cuentan en privado que Rajoy es, en realidad, socialdemócrata empiezan a enseñar la patita y quién mejor para mover los hilos de su “nueva” política que José María Aznar.

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