El Partido
Popular celebró el pasado fin de semana una Convención Nacional en Madrid (los
partidos a los que les sobra el dinero, el dinero del contribuyente, hacen este
tipo de cosas mientras otros, como IU, tienen que hacer una colecta para poder
pagar la fianza que les ha exigido un juez del Tribunal Supremo para que puedan
presentar una demanda contra el rey emérito, D. Juan Carlos I, por corrupción
sobre la base de las grabaciones del excomisario Villarejo en las que Corinna
hace revelaciones sobre supuestos negocios ilícitos del monarca) en esa
Convención reapareció Aznar exultante, su pupilo, Casado, que se amamantó en la
Fundación FAES (que también pagamos los contribuyentes) ha llegado a presidente
del PP y todos se suben al carro del “éxito” cosechado en las elecciones
andaluzas, ya sabe usted, 300. 000 votos menos y siete diputados menos, pero
con la presidencia de esa comunidad autónoma en el bolsillo. Aznar ha vuelvo en
olor de multitudes, porque para las huestes del PP estuvo muy bien ir a la Guerra
de Irak, hinchar la burbuja financiero-inmobiliaria más que nadie y también más
que nadie privatizar las empresas públicas rentables; para esos seguidores
acríticos, seamos caritativos en los adjetivos, incluso Aznar hizo lo que debía
tras los sangrientos atentados del 11M, echar la culpa a ETA de lo sucedido,
pues aún te dicen en la intimidad que en realidad aquellos no fueron atentados
terroristas de los yihadistas, sino un complot de los socialistas y ETA para
hacerse con el Gobierno de España. Este personaje, el único del trío de Las
Azores que no ha reconocido que se equivocó en el asunto de Irak, el mismo que
no nos ha pedido aún perdón por decirnos ante las cámaras de TV que Sadam
Hussein tenía “armas de destrucción masiva”, el del Yak 42 y nuestros soldados
muertos, este tipo, es el que ha cambiado ahora su púlpito de FAES por el
estrado del PP para darnos consejos y decirnos lo que hay que hacer y lo que
no. Nada nos ha dicho, sin embrgo, sobre las declaraciones que, cuando él
gobernaba, hizo su ministro Josep Piqué: “Con la privatización de las
Eléctricas habrá mayor competitividad y bajará el recibo de la luz”, tampoco
nos ha hablado de “las puertas giratorias” y de la corrupción, con “mordidas”
en dinero negro, que fue moneda corriente en su partido cuando él estaba al
mando. Con la ultraderecha amenazándolos electoralmente, los que te cuentan en
privado que Rajoy es, en realidad, socialdemócrata empiezan a enseñar la patita
y quién mejor para mover los hilos de su “nueva” política que José María Aznar.
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