martes, 21 de marzo de 2017

TRUMP Y LOS GOLPISTAS

El Partido Demócrata y los poderes fácticos que lo apoyaban nunca pensaron que Donald Trump llegaría a ser presidente de los EE UU, es más, para decir verdad, casi nadie, empezando por los guionistas de Los Simpson, lo pensaba en todo el mundo, incluido yo, que fui ardiente defensor de Bernie Sanders cuando el viejo senador lidiaba por ser el candidato demócrata a las presidenciales y que también pensé, hasta casi el día de las elecciones, que Hillary Clinton sustituiría a Obama en la presidencia. Vladimir Putin, al contrario, estaba convencido de que finalmente ganaría Trump y, a sabiendas de que el presidente ruso seguramente es la persona mejor informada del Planeta y conocido su currículum, me embargó la duda hasta el resultado final.
A mí, como a mucha gente, no me gusta, en absoluto, Donald Trump, ni lo que piensa, ni lo que dice, ni lo que hace, y mucho menos como actúa, porque las formas también son importantes. Pero, Trump es el presidente elegido democráticamente por los estadounidenses y en democracia hay que respetar las decisiones del Pueblo. Ya veremos lo que sucede dentro de cuatro años si llegamos a un escenario donde Donald Trump luche por la reelección, escenario que algunos quieren hacer imposible. En efecto, que nadie piense que los EE UU es el país mas democrático del mundo, allí hay una pléyade de golpistas que trabajan en la propia Administración y sus agencias, en el FBI, en  la CIA, en la NSA, en El Pentágono y moviendo los hilos desde las grandes corporaciones donde se juegan billones de dólares en suculentos contratos públicos. Es decir, mucho mas peligrosos e impresentables que Donald Trump son los que, como una jauría de lobos, ahora lo atacan, se inventan cuentos chinos para desprestigiarlo y son capaces de cualquier cosa para defender su culo y a sus valedores. No es la primera vez que esos golpistas actúan contra todo un presidente de los EE UU, ya vimos lo que le pasó a JFK. En este sentido, espero que el vestido que lucía la esposa de Trump, Melania, en la toma de posesión de su esposo, que se parecía mucho al que llevó en el mismo evento Jacqueline Kennedy, no sea una premonición.
Los golpistas se han dado cuenta que Donald Trump, por encima de sus astracanadas, es un peligro real para ellos y que no es un lobbysta títere al que pueden manejar. El nuevo presidente ha tomado ya alguna decisión muy onerosa para el entramado militar-industrial, como, por ejemplo, obligar a la compañía  Lockheed Martin, contratista principal del avión de quinta generación F-35 Lightning II, a hacer un descuento de casi un 30% del precio de la aeronave, que no cumple las expectativas de la NAVY, bajo la amenaza de rescindir el contrato. Precisamente estos días viajará a los EE UU la ministra de Defensa de España,  Maria Dolores de Cospedal, para cerrar el contrato de una partida de carísimos F-35 B para el buque de proyección estratégica “Juan Carlos I”, la peor decisión para nuestra Armada en los últimos años, porque Trump, también en defensa de los intereses de su país, ha tirado de las orejas a los demás países de la OTAN para que pongan dinero.
Los que saben que les queda poco tiempo en sus puestos, tanto en el FBI como en los servicios de inteligencia, se han “tirado a la piscina” y atacan a su presidente sin cuartel, ya no tienen nada que perder pero sí podrían tener mucho que ganar, desmintiendo sus afirmaciones y volviendo a sacar a relucir el cuento chino de la intromisión y los contactos rusos. En el Kremlin ya están acostumbrados a que Putin sea el nuevo espantajo con el que algunos meten miedo a los niños para que se acuesten pronto, pero si primero todo esto se lo tomaron a risa (el presidente ruso manifestó que los EE UU no son una república bananera) ahora, como la gente cabal, empiezan a estar preocupados, porque los golpistas son mucho peores que Donald Trump.


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