Una nueva revolución se avecina,
la generalización de la robótica. La sociedad que viene ya no se va a parecer
en nada a las que conocemos, porque unas nuevas generaciones de robots, alguna
que incorporará inteligencia artificial, lo transformarán todo. Los nuevos
robots serán mucho mas que una entidad mecánica artificial, serán en muchos
aspectos autónomos y tomarán decisiones por sí mismos. Hasta se
autoprogramarán. El salto tecnológico da vértigo.
Como en otros muchos campos que
luego tuvieron aplicaciones civiles, las nuevas tecnologías robóticas están
avanzando a grandes pasos en el campo militar, aunque también, pero en mucha
menor medida, en el civil aeroespacial. Aunque ya en la Segunda Guerra Mundial
se emplearon algunos robots, han sido las guerras regionales, como las de Irak,
Siria y Afganistán donde están teniendo un gran protagonismo. Es muy conocido
el dron robótico “Predator” un avión estadounidense no tripulado que puede
permanecer hasta 24 horas seguidas en patrulla aérea esperando la orden de
disparar sus misiles, normalmente contra objetivos terrestres. Pero, hay varios
modelos de robots operando en el teatro de operaciones de Oriente Próximo y
haciendo todo tipo de labores, desde reconocimiento avanzado, hasta
desactivando minas. Sin embargo, y a pesar de que algunos de estos robots cuentan
con tecnologías muy sofisticadas, que incluyen apoyo satelital, no son
totalmente autónomos y todavía es la mano de uno o varios operadores humanos
los que los gobiernan a distancia y toman las decisiones finales.
Si en las todas las guerras que
la Humanidad ha conocido los principios éticos ya estaban bajo mínimos, en las
guerras modernas han desaparecido. Van a ser las grandes potencias las que
impondrán su Ley a los demás pueblos del mundo, pero ahora, en un nuevo
imperialismo mucho mas atroz, sin recibir féretros en casa con sus muchachos
muertos. La tecnología siempre ha marcado las diferencias en los conflictos
bélicos, pero, cuanto mas ha avanzado, mas grande ha sido la desigualdad.
Pongamos como ejemplo que en toda la Guerra de Vietnam solo murieron 58.220
soldados norteamericanos, pero los vietnamitas fueron millones. No es lo mismo
bombardear con un B-52 que solo poder combatir
con un fusil AK-47 y morteros de 120 milímetros de calibre. No es lo mismo
tener portaaviones que juncos. Con la tecnología robótica avanzada los muertos en
las guerras regionales serán todos de los países pobres.
Que nadie se imagine a los robots
de guerra con forma humanoide, como “Terminator”. La forma humana es un
resultado de la evolución y nuestra posición erguida la consecuencia de que
solo los que bajaron de los árboles a la sabana para comer y se erguían para
ver a los depredadores sobrevivieron. No solo perdieron dos manos en ese
camino, nuestra especie es la única que presenta sus órganos vitales y
las partes blandas al frente, un desastre para la guerra. Un diseño casi tan
desastroso como aquellos mastodontes blindados lentos, altos y con cuatro patas de
Star Wars. Los robots de guerra tendrán diversas formas y distintos tamaños,
según para lo que estén predestinados, y actuarán por tierra, mar y aire.
Algunos ya serán completamente autónomos y estarán preprogramados para que tomen una decisión en función del objetivo y de la situación concreta y los mas
sofisticados se autoprogramarán para un teatro de operaciones
cambiante. Cooperarán entre sí para abastecerse de energía y munición y para repararse. Serán letales, sin
compasión, sin moral, sin ética, sin emociones, sin los inconvenientes de un ente
orgánico. Da miedo, pero ya casi están aquí.
FOTO 1: Robot ruso armado con ametralladoras y misiles.
FOTO 2- Proyecto de robot de guerra japonés "Kuratas".
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