El Partido Popular ha sufrido una
derrota parlamentaria por el conflicto de la estiba y ha tenido que retirar su
decreto ley al quedar en minoría. Es la primera vez que sucede esto en el
Congreso de los Diputados desde que gobernaba la antigua UCD.
El conflicto del Gobierno con los
estibadores me recuerda mucho al que azuzó el ministro de Fomento del Gobierno
de Zapatero, José Blanco, con los controladores aéreos. De repente, a Pepiño le
entró un prurito horrible contra las torres de control y durante semanas se
dedicó a demonizar a los controladores en los medios de comunicación, que si
eran unos privilegiados, que si tenían sueldos escandalosos, vamos, les dijo de
todo menos bonito. La verdad es que los controladores aéreos tenían un convenio
laboral firmado que se estaba incumpliendo. José Blanco, en una actuación
aplaudida por los que ya estaban convenientemente mediatizados, militarizó
entonces a los controladores aéreos que se habían puesto en huelga y les bajó
el salario a la mitad. Sé, porque me toca de cerca, como a un controlador lo
sacaron de su casa, delante de su mujer y sus hijos, a punta de pistola para
llevarlo a la torre de control de Barajas. Pues bien, hete aquí que al poco
tiempo el Gobierno de Zapatero inicia la privatización de AENA, operación que
ha completado el Gobierno del PP. Dicen que a Pepiño lo sorprendieron en un
coche, en una gasolinera, mientras le daban fajos de billetes, aunque eso no se
pudo demostrar en la causa que se siguió contra él.
Hay una directiva europea que
obliga a la “liberalización” (ya sabe usted lo que dicen los marxistas sobre la
libertad de la zorra en el gallinero) de la estiba, es decir, que esas labores
portuarias tienen que abrirse a la libre competencia. Pero, esa directiva de la
UE no dice absolutamente nada de que se eche a la calle a los estibadores que
ahora están trabajando con contratos fijos y con convenio laboral en vigor y
que luego se los vuelva a contratar a través de Empresas de Trabajo Temporal
con salarios muy inferiores a los actuales. Por cierto, lo que pasa con las
ETT´s clama al cielo. Que una empresa de contratación cobre una pequeña
comisión por conseguirte un empleo entra dentro de lo razonable pero que se
quede con una buena parte de tu salario se parece mucho a lo que hacen los
proxenetas. A unas las obligan a vender su cuerpo y a otros/as su fuerza de
trabajo ¡y te cobran hasta la cama!
¿Cuál es la última ocurrencia del
ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, y del Gobierno de Rajoy para acabar con
el conflicto de los estibadores, conseguir la privatización, y satisfacer a
los “chupasangres”? Pues prejubilar a una gran cantidad de trabajadores
portuarios, desde muy temprana edad, es decir, que sea la Seguridad Social, que
ya está hecha unos zorros, en definitiva, usted y yo, los que paguemos la
fechoría. Luego se extrañan, que se lo pregunten a los taxistas, que la gente
esté indignada.
Hasta donde sé, la SAGEP (Sociedad Anónima de Gestión de Trabajadores Portuarios) es, como su nombre indica, una sociedad privada y, por tanto, no puede ser privatizada nuevamente. Infórmese bien. Aunque pueda haber paralelismos, el conflicto de los controladores aéreos, felizmente resuelto por José Blanco, y el de la estiba y desestiba en los puertos, no son iguales.
ResponderEliminarAquí lo que se pretende es liberalizar el sector, que es lo que impone la UE, impidiendo la situación actual de que los estibadores (accionistas de la SAGEP) mantengan el control sobre quién puede trabajar o no en el sector y puedan acceder a ese mercado otros operadores.
Que las empresas de la estiba quieran aprovechar el ocnflicto para rebajar las condiciones de trabajo de los estibadores es un cosa, que los trabajadores se opongan y traten de defender su estatus es otra cosa distinta y que el Gobierno trate de adaptar la legislación del sector al marco comunitario, también es algo distinto. Usted lo retuerce deliberadamente para arrimar el ascua a su sardina ideológica.
No es la SAGEP, sino "las SAGEP", que es un conglomerado de empresas que gestionan la estiba participadas por otras muchas empresas consignatarias de buques y/o con instalaciones portuarias. Tampoco son totalmente privadas, porque, además de funcionar en régimen de monopolio (por eso la directiva europea) muchas de las empresas integradas tienen una buena parte de su accionariado público. Como sucede, sin ir mas lejos, con la empresa que explota en El Musel la carga y descarga de graneles sólidos.
ResponderEliminar