domingo, 14 de julio de 2013

LOS SMS DE RAJOY

La publicación en el diario “El Mundo” de los SMS (Servicio de Mensajes Cortos) enviados por el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al ex-tesorero del PP, Luis Bárcenas, eleva hasta cotas insoportables la podredumbre política, la mofa a los ciudadanos y la indignación de los españoles a los que, mientras se les piden sacrificios todos los días, se les miente con total descaro.
No es la primera vez que un presidente del Gobierno miente en asuntos de especial importancia y gravedad. Me vienen a la memoria embustes y patrañas memorables, como cuando Felipe González nos dijo que para entrar en la UE había que ingresar en la OTAN o cuando José María Aznar, a sabiendas de que los informes del CNI decían todo lo contrario, manifestó que en Iraq había armas de destrucción masiva. La mentira mas asquerosa de Aznar y algunos de sus ministros fue intentar mantener durante unos días, los suficientes hasta que se celebraran las elecciones, que los atentados del 11M (una respuesta islamista a su protagonismo en la reunión de Las Azores y la participación de España en la guerra) eran obra de ETA, cuando la policía y los servicios secretos sabían perfectamente que no era así y lo habían comunicado al Ministerio de Interior y al propio presidente del Gobierno. Estamos hablando de unos atentados donde murieron 200 personas y hubo casi 2.000 heridos. No se puede ciscar uno en nuestros muertos.
Pero las mentiras del Gobierno del PP y del presidente Rajoy en el caso Bárcenas son especialmente groseras. Hace unos días ya pedíamos, ante la evidencia de la financiación ilegal y el pago de sobresueldos con el dinero de todos los españoles, la dimisión de Mariano Rajoy y la convocatoria de elecciones generales y también abogábamos por la necesidad de una moción de censura, para que el presidente del Gobierno diera la cara en el Parlamento. Hoy, ante el sublime escándalo de los SMS, reiteramos la exigencia de dimisión con mas énfasis y pedimos otra vez a los partidos de la oposición la presentación de esa iniciativa parlamentaria.
No me voy a olvidar, en estos tristes momentos, de los militantes y votantes del PP, ciudadanos horados en su inmensa mayoría, con los que podemos tener discrepancias políticas, pero que no se merecen esto. Muchos españoles, ante las fechorías y despilfarros del Gobierno socialista de Zapatero, habían confiado en el PP para sacarnos del pozo, incluso soportaron que Rajoy diera la vuelta, como si fuera un calcetín, al programa electoral. Todo fuera por el bien de España. Pero ahora, ante la que está cayendo, se sienten especialmente engañados y estafados y no pueden tolerar, ni un minuto más, tener como líder a un sirvergüenza.
Estamos en un momento histórico muy importante, sin duda el mas decisivo para nuestro futuro desde la Transición. Los problemas que tenemos ante nosotros son enormes, con un país en graves dificultades económicas y sociales, con seis millones de parados y casi el 60% de los jóvenes sin empleo. Va a ser muy difícil salir de esta situación, hay que decirlo sin ambages, pero el camino tiene que ser trazado por hombres y mujeres cuya catadura moral esté a la altura de lo que necesita y se merece España.
Estos días también comentábamos la evidencia de la conspiración que estaba detrás de las publicaciones explosivas del diario “El Mundo” y de los tejemanejes de su director, Pedro J. Ramírez, que tiene una extraña afición por las intrigas. Y también del oportunismo de Esperanza Aguirre, que hablaba de la necesidad de limpiar bajo las alfombras cuando ella misma accedió a la presidencia de la Comunidad Autónoma de Madrid gracias a que la mafia del ladrillo sobornó a dos diputados, Tamayo y Sáez, socialistas.  

Seguramente habrá elecciones generales anticipadas, pero esta vez, mas que el programa o las ideas, lo fundamental será la integridad de los candidatos.

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