El ejército egipcio, que había
dado un plazo de 48 horas al presidente Mursi para atender las peticiones de
los manifestantes, ha protagonizado un golpe de Estado en el mas importante de
los países árabes, pues cuenta con 83 millones de habitantes. Es difícil hacer
un análisis certero de cual es la verdadera situación política y social de
Egipto en estos momentos, porque intervienen varios condicionantes con un gran
peso específico, pero yo soy de la opinión de que, por encima de todos ellos,
es la gravísima situación económica que padece la mayor parte de la población
el factor determinante de lo que ha ocurrido.
El Gobierno de los Hermanos
Musulmanes, que había asistido a los mas desfavorecidos cuando el sátrapa Mubarak
subió brutalmente el precio del pan, no ha hecho lo mismo cuando ha alcanzado
el poder. Al contrario, en vez de centrarse en mejorar las lamentables
condiciones de vida del pueblo, se dedicó a elaborar una constitución islamista
sin consenso político y a iniciar una transformación social fundamentalista,
contra la que también están una buena parte de los egipcios.
Mursi quizá era el representante
mas moderado de los Hermanos Musulmanes, pero, como la mayor parte de los
sunitas de la zona, la praxis de sus políticas se aleja mucho de lo que desea
la gente del siglo XXI. Además, el presidente Mursi no había establecido una
verdadera ruptura con lo anterior. Es cierto que apartó de la cúpula militar a
la mayor parte de los amigos de Mubarak, pero se mantenían las mismas
estructuras de poder y en política exterior se seguía bajo el dictado de EEUU y
el compadreo con Israel. Un ejemplo es la toma de posición de Egipto, la misma
que los regímenes feudales árabes y Occidente, respecto al conflicto en Siria.
Ahora bien, nada garantiza, mas
bien al contrario, que el ejército respete la democracia y que tome una postura
verdaderamente patriótica. Debemos recordar que Egipto lleva muchos años bajo
la tiranía de los generales y que sus mandos militares son de los mas corruptos
del mundo.
Ni EE UU ni la UE han condenado
el golpe, es un claro síntoma de que esperan que nada cambie, pero a veces la
vida da sorpresas: En 1.952 se dio una situación muy similar en Egipto. Bajo el
reinado de Faruq I, había crecido la corrupción y la miseria del pueblo. El
país también estaba convulso por la derrota ante Israel en la guerra de 1.948.
Una sociedad secreta (creada en 1.949) llamada Movimiento de Oficiales Libres
vio su oportunidad y protagonizó un golpe de Estado que acabó con la monarquía.
Llegaba al poder Gamal Abdel Nasser, el mayor estadista egipcio de los últimos
1.000 años y uno de los creadores del Movimiento de Países no Alineados.
NOTA: foto histórica de Nasser estrechando la mano de Ernesto Che Guevara.
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