El Gobierno ha anunciado que el
presidente Rajoy comparecerá ante los diputados el día 1 de agosto, en una
sesión atípica por el escenario (será en el Senado, porque el Congreso está en
obras) por el formato y por la fecha, cuando una gran parte de los españoles
inician sus vacaciones. D. Mariano ha estado desojando la margarita sobre si
seguir su conocida estrategia de dejar pudrirse los asuntos o hacer caso a la
opinión pública, incluida la de una buena parte de los votantes y militantes del
PP, y dar explicaciones por el caso Bárcenas, pero seguramente han sido las
repercusiones internacionales del asunto y las dudas sobre su continuidad lo
que le han decidido a dar la cara.
El presidente del Gobierno sabe perfectamente
que los grupos parlamentarios de la oposición no se van a dejar envolver en la
tela de araña de un discurso que va a poner el acento en los temas macroeconómicos
y que, como ya ha dicho Cayo Lara, el debate se debe centrar en si hubo o no
financiación ilegal del PP y si alguien cobró sobresueldos, con nombres y
apellidos. Pero, precisamente por eso, Rajoy
va a intentar distraer la atención centrándose en las buenas noticias del
aumento de las exportaciones y la disminución del paro.
Sin embargo, los partidos de la
oposición caerían en un tremendo error si soslayaran el discurso del presidente
sobre la situación económica de España para hablar solamente del caso
Bárcenas, que tiene mucho interés, pero que contribuye poco a la construcción
de una alternativa de Gobierno. Ante lo
que dirá Rajoy sobre el descenso del paro cabría decir que este es un fenómeno
estacional muy conocido y que está centrado en el turismo, que se ha visto muy
favorecido por la importante llegada de extranjeros que vienen a nuestro país
ante la inseguridad de Grecia, Turquía y todo el Norte de África. La importancia
de desmontar los argumentos gubernamentales sobre la marcha de nuestra economía
es fundamental para llevar la iniciativa dialéctica y luego
entrar en el debate a cara de perro sobre el escándalo del ex-tesorero del PP.
España es el tercer país europeo
donde mas crece la deuda pública, que batió todos los récords el año pasado,
superando, en relación al PIB, la media europea. Eso a pesar de los enormes
sacrificios a los que se ha sometido a los ciudadanos. La crisis económica, el desplome
de los ingresos asociados a la burbuja inmobiliaria y el dinero inyectado a los
bancos han llevado a España de ser uno de los países con las cuentas públicas mas
saneadas de Europa a ser uno de los mas endeudados. Eso tiene unos responsables
políticos. Paralelamente, sigue descendiendo el consumo de las familias, pero
no aumenta el ahorro, es decir, la pérdida de poder adquisitivo no se ha
detenido porque los impuestos y los precios siguen subiendo mientras los salarios
continúan bajando. Estas políticas erróneas inciden gravemente en la evolución
del desempleo, que se ceba especialmente en los jóvenes, y que, como es lógico,
continuará creciendo cuando acabe la época estival y se manchen los turistas. Eso
también tiene unos culpables. En el guion debe estar esgrimirlo.
Es probable que Rajoy también
emplee el ventilador de la mierda para tapar la boca a Rubalcaba, sacando a
relucir los ERES falsos de Andalucía y otras fechorías de los socialistas. El
PSOE ha tenido una aparición mariana con la comparecencia a petición propia,
aunque sea a rastras, de D. Mariano, porque no tendrá la necesidad de presentar
un candidato y un programa (como exige la Constitución en una moción de
censura), pero, ya lo verá usted, igualmente saldrá mal parado del envite.
Es la hora de UPyD y, sobre todo,
de IU, la opción política que mas crece en las encuestas, que ya está
preparando movilizaciones para el otoño y que pedirá otra vez, sin medias
tintas, la dimisión de Rajoy y la convocatoria de elecciones generales.
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