sábado, 16 de febrero de 2013

GARGANTA PROFUNDA


Aunque hay una película pornográfica con este título, el término se hizo famoso durante el escándalo Watergate, una rocambolesca historia de espionaje al Partido Demócrata de los EE UU que, al ser revelada, obligó a dimitir al presidente Richard Nixon, máximo responsable del asunto. Un informador anónimo, que usó el nombre en clave de Depp Throat (Garganta Profunda), contó los entresijos de la trama a dos periodistas del Washington Post. Su identidad, se llamaba Mark Felt, no fue revelada hasta treinta y tres años después.
Pues bien, la crisis está haciendo que en España empiecen a proliferar los informadores, unos anónimos y otros no, que guardan en sus alforjas grabaciones, documentos o anotaciones comprometedoras. Algunos, como Luis Bárcenas, el ex-tesorero del PP, o Diego Torres, el socio de Urdangarín, las van dosificando con cuentagotas con la intención de salir airosos de los delitos que les imputa la Justicia a base de amenazar a los jerarcas, pero empiezan a ser comunes las informaciones que proporcionan trabajadores despedidos de sus empresas, que callaban lo que veían para conservar su puesto de trabajo pero que perdido este y al quedar en una situación muy precaria, gracias a la reforma laboral que aprobó el Gobierno de Rajoy, solo les queda para ese plato que dicen se toma frío, la venganza.
No fue en España, sino en Suiza, donde un despedido de una entidad bancaria sacó a la luz varias listas con gente que tenía dinero en cuentas opacas. Así descubrimos como un administrativo del Partido Popular tenía 22 millones de euros a buen recaudo. Pero, en nuestro país el fenómeno promete aún mas. Un empleado de hostelería, puesto de patitas en la calle, que trabajaba en la cadena que posee el vicepresidente de la CEOE, Arturo Fernández, nos ha contado que su antiguo patrón pagaba parte del salario de los trabajadores en “negro”, el empresario, que como sus compañeros de correrías no paraba de darnos consejos, dice ahora que se va a reflexionar sobre la vida misma. Otro despedido, en este caso de la empresa de detectives Método 3, también nos ha dicho que el PSC-PSOE les encargó espiar a otros partidos catalanes y hasta a jueces, y mientras el nuevo parado relataba esto el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, decía que había que regenerar la política española.
Continuarán los despidos, pero las “gargantas profundas” van a proliferar con denuncias en los Tribunales y con informaciones a los periódicos que van a dejar en evidencia, por si alguien no lo tenía todavía claro, que estamos rodeados de sinvergüenzas y de mierda.
   

No hay comentarios:

Publicar un comentario