viernes, 12 de octubre de 2012

LAS PENSIONES Y LA COCINA ECONÓMICA

No vamos a hablar de esa conocida institución benéfica donde se sirve un plato de comida a los mas necesitados, sino de una cocina económica cuyos fogones están alimentados por la mentira y la desvergüenza.

Hace ya bastante tiempo que el término "cocinar" se viene aplicando a algunas actividades que nada tienen que ver con el trabajo culinario, sino mas bien con tejemanejes y tramas. Ese tipo de "cocina" es usado desde muy antiguo para adobar, guisar y presentar en plato, por ejemplo, las noticias y los acontecimientos, siempre al gusto del cocinero de turno, naturalmente, que le ha puesto la sal y la pimienta que le ha venido en gana, tanto que a veces se pierde el sabor de la materia prima. En el mundo actual es muy fácil observar hasta que punto ha llegado la afición a amañar, desvirtuar o tergiversar la realidad, solo hay que leer una misma noticia en varios periódicos de distintas tendencias o servidumbres y comprobaremos como lo blanco puede ser negro y viceversa, depende de lo que quiera ofrecernos el chef. Pero, con el tiempo, los ciudadanos han aprendido a leer entre líneas y saber de que pie cojea cada cual y a tener muy claro quién manda en el gallinero y cada vez es mas difícil engañarlos. Internet ha contribuido mucho a que todos tengamos una mejor información, no porque haya mas noticias sin "cocinar" sino porque hay muchísimos mas platos donde elegir.

Pero, por si la manipulación interesada de la información no fuera suficiente, ahora también sufrimos en nuestras carnes la manipulación interesada de la economía, lo que nosotros hemos dado en llamar "cocina económica". La crisis que padecemos tiene mucho que ver con eso, pero, como a todos nos han obligado a hacer un master intensivo sobre el tema no vamos a perder el tiempo hablando de ello. Me centraré en un asunto que es vital para mucha gente en España, saber si se van a revalorizar las pensiones en la medida que no pierdan poder adquisitivo. El Gobierno que preside Mariano Rajoy había hecho de las pensiones casi su bandera, hasta el punto de que es el único apartado en los Presupuestos donde crece el gasto. En concreto, el Gobierno había prometido para el próximo ejercicio un incremento de las pensiones de un 1%, algo casi insignificante, pero que comparativamente con la mayoría de los salarios, que están estancados o a la baja, tenía algún valor. Pero, hete aquí, que el dato de la inflación interanual sorprende al Ejecutivo con un brutal 3,4%, una cifra altísima para una economía tan en recesión como la española que, según el FMI, decrecerá un 1,30% en 2.013. El problema que se plantea es que, aunque se suba ese 1% a los pensionistas, éstos perderán un 2,4% de poder adquisitivo, salvo que las pensiones se revaloricen en la medida que suba el IPC, como marca la Ley, pero no hay dinero para eso. Esta es una de las consecuencias indeseables de algunas subidas de impuestos, principalmente del IVA, que nunca debieron hacerse.

Mientras el PSOE, con un cinismo y un aplomo a prueba de bomba (recordemos que Zapatero congeló las pensiones con una inflación del 2,5%) ya está sacando punta al asunto y está a la espera de ver como Rajoy se enfanga con sus erróneas políticas, el Gobierno está cocinando un pote incomible intentando sustituir el IPC actual, del que ya se excluyen incrementos de precios de algunos bienes y servicios, por otro donde no estarían contempladas las subidas provocadas por los impuestos, como si los ciudadanos y, en concreto los pensionistas, fueran imbéciles.

Las pensiones en España son, de media, bastante bajas y, además, muchos abuelos están soportando sobre sus espaldas las penurias que están sufriendo sus hijos y sus nietos, por eso es muy importante que los jubilados mantengan el poder adquisitivo. Pero las arcas del Estado están vacías y los cerebros de muchos políticos también.



 

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