domingo, 14 de octubre de 2012

EL EFECTO CHINA

A pesar de que se ha hecho creer a la gente que la Europa comunitaria está sufriendo los mayores azotes de la crisis económica mundial e incluso en EE UU se permiten dar consejos y manifiestan, sin pudor, que "hay que salvar a Europa", la verdad es que USA no solo ha sido el lugar donde brotó el germen de la crisis, la sobreproducción industrial, también de allí (de la escuela de Chicago) salieron las locas ideas para darle solución que, con la globalización económica y la crisis de las hipotecas subprime, han puesto al capitalismo contra las cuerdas.

A poco que rasquemos en la superficie veremos la evidencia: la economía estadounidense es, con mucho, la mas endeudada del mundo y su pasivo ha estado creciendo sin cesar de forma directamente proporcional a la pérdida de su porcentaje sobre el PMB (Producto Mundial Bruto). En efecto, cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, su punto de apogeo, USA representaba el 75% del PMB, a mediados de los años 70 había descendido al 50%, a finales de los años 90 ya era de menos del 25% y en la actualidad está en torno al 19%. Pero el norteamericano medio continúa viviendo muy por encima de la realidad del país y el entramado que forma el complejo político-militar-industrial gasta en Defensa (es un eufemismo, naturalmente) mas que la suma de los presupuestos militares del resto de países del mundo. La prueba del nueve de la gravísima situación de la economía norteamericana es que el presidente Obama tuvo que convencer a congresistas y senadores para que aprobaran poder superar el tope de Deuda pública que estaba establecido por ley, con el argumento, muy cierto, de que, si no se hacía, el país no podría hacer frente a los pagos y tendría que declararse en bancarrota. Pero, el miércoles 3 de agosto de 2.011, es decir, un día después de la aprobación por el Congreso de la eliminación del tope, la Deuda pública norteamericana alcanzó la estratosférica cifra de 14,58 billones de dólares, superando el PIB (Producto Interior Bruto) de 2.010 que había sido de 14,52 billones; y el 5 de septiembre de 2.012 se superaron los 16 billones de dólares, estableciendo un nuevo récord que supone que cada norteamericano debe 51.000 dólares, pero solo de Deuda pública, si sumamos la privada nos echaríamos, aún mas, las manos a la cabeza.

¿Cómo ha resuelto el Gobierno USA esta situación? o, mejor dicho, ¿cómo la ha entrampado?, pues ordenando a la Reserva Federal (banco central de los EE UU) poner a funcionar la máquina de hacer billetes. Como es lógico, sin una limitación, por ley, de los precios (lo que supondría una intervención estatal en la economía incompatible con el sistema imperante) se habría disparado la inflación y el dólar se habría devaluado al no estar respaldado totalmente por valor real y haber mucha mas oferta del billete verde que demanda en los mercado. Pero China, que también está embarcada en una aventura de crecimiento económico que tiene mucho de peligrosa ingeniería financiera, está salvando el trasero a los estadounidenses comprando a precios irreales los dólares que los norteamericanos han fabricado para sobrevivir, porque sus exportaciones al gigante americano son vitales para su desarrollo con la estrategia actual. Baste decir que, en el presente ejercicio 2.012, china ha aumentado, hasta septiembre, un 9,9% sus exportaciones mundiales, consolidándose como el primer exportador global con una cifra de 1,5 billones de dólares, el doble de lo previsto, pero mientras caían un 10% las destinadas a Europa, aumentaban un 9,1% las que se colocaban en EE UU, cobradas, eso es lo malo, en dinero que vale mucho menos que su valor nominal.

No hace falta demasiada inteligencia para darse cuenta que estamos hablando de un castillo de naipes que tarde o temprano se derrumbará, provocando una crisis definitiva al sistema capitalista. Tanto los EE UU como China lo saben, por eso tienen preparadas soluciones de emergencia que incluyen una nueva moneda que sustituiría al dólar si el pánico se llegara a apoderar de los mercados. Pero la gravedad de las causas, por muchos nuevos conejos que se saquen de la chistera, forzosamente provocará un efecto devastador en la economía mundial cuando actúe un detonante.


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