viernes, 12 de noviembre de 2010

LAS POLITICAS DE LOS LOCOS


La irresponsabilidad de los políticos que gobiernan este mundo no tiene límites. Esta semana hemos tenido que aguantar como un tipo sin escrúpulos, el que fuera presidente de los EE UU, George Bush, al presentar sus memorias, reconocía que en Irak no había armas de destrucción masiva, y se lamentaba por haber iniciado una guerra de la que, ahora dice, no era partidario y que le daban arcadas solo con recordarlo. No se ha retirado a un convento a purgar sus muchos pecados, es más, el muy hipócrita sigue justificando las torturas a las que tan aficionados son los yankees, y algunos tejanos. Los cientos de miles de muertos y heridos, los huérfanos y las viudas que los intereses personales y empresariales de estos criminales, Bush y sus amigos, han provocado no encontrarán descanso hasta que sean puestos delante de la Justicia, empecemos por la de la opinión pública.
Ha comenzado el siglo XXI con muy mal pie, no se ha aprendido nada de las desgracias que asolaron continentes enteros en el XX, si los pueblos no reaccionan, otra vez nos llevarán al horror. Después de la Segunda Guerra Mundial parecía que el mundo se encaminaría por las sendas de la justicia y la paz, todo bajo la supervisión de un organismo multinacional como la ONU, fue una quimera, continuaron las guerras y los atropellos por todas partes, casi siempre protagonizados por el imperialismo y sus secuaces. Una vez, recién acabada la guerra de los sandinistas nicaragüenses contra el dictador Anastasio Somoza, un periodista le preguntó al ministro del Interior del nuevo gobierno revolucionario, Tomás Borge, cual era su idea de la democracia, este, señalando la bocacha apagallamas de su Kalashnikov AK-47, le respondió, “la democracia sale por el cañón de este fusil”. Cuando la tiranía sobrepasa ciertos límites a los pueblos no les queda otra salida.
Marruecos, con el apoyo o la complicidad de algunas potencias europeas, como Francia, y de los EE UU, tácitamente y con los hechos, ha declarado la guerra a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), con las declaraciones del sátrapa Mohamed VI y la criminal intervención del ejército alauí contra la población indefensa de El Aaiún, se ha dado un salto en el vacío que tendrá dramáticas consecuencias. Los saharauis lo tienen todo en contra, pero también lo tenía Ho Chi Minh y los vietnamitas a ya sabe usted lo que pasó. Los españoles, además de por nuestra responsabilidad como potencia colonizadora, tenemos que estar inequívocamente del lado de la legalidad internacional y de los derechos legítimos de los genuinos pobladores del Sahara Occidental.
Los ciudadanos de la Tierra han perdido la fe en el Derecho Internacional y en las normas de comportamiento que deberían regir un mundo civilizado, el siguiente escalón será la desconfianza hacia los estados y las estructuras en las que se sustentan. Al alarmante deterioro del “Estado de Bienestar”, vamos a añadir muy pronto la desconfianza con las monedas, mejor dicho con los billetes, que llevan camino de convertirse en simples papeles sin respaldo alguno. Hace ya tiempo que el papel moneda no tiene el patrón oro u otros elementos, como los derechos internacionales de giro, detrás, es el valor, por decirlo de alguna forma, patrimonial de los estados y su prestigio los que convencen a la gente que unos pocos gramos de celulosa tienen capacidad de intercambio y de compra, pero eso puede cambiar, sobre todo porque hay deudas estratosféricas. EE UU no se resigna a perder su hegemonía económica, política y militar en el mundo. China, con unas reservas de más de 2,5 millones de dólares y con una gran parte de la deuda USA en sus manos, está a punto de convertirse en el mandamás planetario. Para contrarrestar esa dinámica que, gracias a la planificación estatal, el mercado dual y el duro trabajo, los chinos han impuesto y aliviar los problemas interiores, como un paro que ya sobrepasa el 10%, a los EE UU se les ha ocurrido la feliz idea de poner en circulación la friolera de 600.000 millones de dólares, un dinero que no tienen y que van a obtener poniendo en funcionamiento la máquina de hacer billetes. Hace poco un ciudadano ingenuo decía en un programa de radio que porqué no se hacían mas euros y así se acababa con la crisis, pues esa locura, que tiene la pretensión de devaluar el dólar frente a las demás monedas como objetivo prioritario, es la que ha hecho USA. La inmediata pérdida de confianza de y en los mercados financieros internacionales ha puesto en el disparadero a las economías de los estados que mas dificultades estaban padeciendo, lo que está pasando con Irlanda y Portugal se puede extender peligrosamente como un reguero de pólvora.
Las políticas de los locos, como usted sabe, no han logrado encarar la crisis, al contrario, la van a agravar.

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