miércoles, 21 de julio de 2010

PEPIÑO BLANCO, CHACON Y LOS CONTROLADORES


Explota nuevamente el conflicto con los controladores aéreos, esta vez con mas virulencia, y otra vez el ministro de Fomento y Vicesecretario General del PSOE y los medios afines vuelven a cargar contra estos profesionales.
Usted recordará que hace pocos meses Blanco inició una campaña mediática contra los controladores con el argumento de que tenían salarios astronómicos. En algunos medios de comunicación, sobresaliendo los del grupo Prisa, el linchamiento duró unos cuantos días. Entre la ciudadanía caló la idea de que los controladores aéreos son unos tipos insolidarios y chulescos que gozan de unos privilegios muy lejanos para el resto de los mortales, de ahí a que la chusma pida su cabeza en bandeja de plata solo hay un paso.
Pero ¿porqué, precisamente ahora, el Gobierno socialista inicia una campaña de este tipo?, estará usted conmigo en que en España hay otros colectivos con sueldos e ingresos muy altos, como los deportistas de elite, consejeros delegados de empresas importantes, ejecutivos bancarios, etc, algunos incluso tienen su residencia fiscal fuera del país para no pagar impuestos, se les da el premio Príncipe de Asturias y son nuestros héroes. ¿Se va a meter el Gobierno socialista con toda esa gente?, por supuesto que no.
La verdad es que la ofensiva del Gobierno de Zapatero contra los controladores hay que enmarcarla en la privatización de AENA y en el reparto de la tarta pública que algunos ya están saboreando. Si queremos repartirnos el dinero empecemos por el de los controladores, se han dicho. No es una casualidad que nadie se preocupara de estos salarios hasta que no se plantearon la privatización de los servicios aeroportuarios.
Zapatero ha prometido al Gobierno de la Generalitat que podrá gestionar el aeropuerto del Prat y a los nacionalistas de CIU que la Caixa tendrá una participación importante en la nueva AENA privatizada. Es decir, la modificación del status quo de los aeropuertos, donde hay que situar el conflicto con los controladores, nace de la necesidad de atender los compromisos políticos del Gobierno e incluso personales de algunos miembros del Ejecutivo. Esto, en un país serio, sería un auténtico escándalo.
Pepiño Blanco ha pedido ayuda a su compañera de correrías Chacón. Han amenazado con sustituir a los controladores aéreos civiles por militares, como si eso en España fuera posible. La irresponsabilidad del PSOE, en unos momentos donde el sector turístico vive sus horas mas bajas, es imperdonable.
Al margen de la cuantía de su salario, que estos días se ha visto mermado hasta en un 25%, los controladores aéreos merecen nuestro respeto. Estos profesionales tienen entre sus manos las vidas de muchas personas y pasan largas horas delante de las pantallas de radar, sin poder distraerse, mientras dirigen el tráfico de cientos de aeronaves. Las reformas que necesita el sector hay que hacerlas con tiempo y de forma racional, no acuciados por la urgencia de los dividendos que exigen los amiguetes.

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