martes, 6 de marzo de 2018

CUANDO LA INJUSTICIA SE DISFRAZA DE JUSTICIA


Hay asuntos en los que nadie quiere entrar, porque seguro que sales malparado, pero si, además de que ya eras un tipo que no escribía para caer bien, ni para agradar, encima te has propuesto para este año no ser políticamente correcto, pues te atreves con todo, eso sí, con el casco puesto.
Se ha extendido el discurso entre la opinión pública que las subidas de salarios o de pensiones siempre deben ser mayores para los que menos ganan. Esto suena bien, muy bien, pero ¿es justo? Las diferencias salariales en las empresas entre las categorías inferiores y los cuadros intermedios se han reducido drásticamente en los últimos años en España, otra cosa son los altos directivos, que suelen tener salarios estratosféricos. Hasta tal punto es así que a muchos trabajadores ya no les interesa ascender, tener que hacer más horas y tener mucha más responsabilidad, si luego la diferencia salarial no compensa el esfuerzo. Esto, no hace falta ser un lumbreras para darse cuenta, es un gravísimo problema para las empresas y para toda la cadena productiva, no solo por la dificultad para poder tener jefes y responsables, también porque los trabajadores no se esmeran en su trabajo para sobresalir y ascender de categoría. Pero, esta paradoja tiene muchas otras consecuencias indeseadas. Cuando un ingeniero no gana mucho más que un oficial o que un peón la perspectiva de los jóvenes estudiantes sobre su futuro cambia radicalmente ¿para qué me voy a esforzar durante largos años de estudio si no voy a ser recompensado por ello? se plantean. Fueron muchos los españoles que mientras otros se iban de copas o al fútbol se quedaban en casa estudiando, o iban a estudiar después de salir de una agotadora jornada de trabajo, o se quedaban hasta altas horas de la madrugada en su mesa rodeados de libros y/o de instrumentos de dibujo técnico, mientras otros veían la televisión o estaban de fiesta. Querían conseguir un futuro mejor para ellos y su familia y lograr un título que les permitiera obtener un salario más elevado que el que tendrían los que no se esforzaban tanto. Eso se ha puesto, lo han puesto, dramáticamente en cuestión.
En pleno debate sobre las pensiones, se habla mucho sobre que las subidas deben ser mayores para las pensiones más bajas, en realidad eso ya se viene haciendo desde hace tiempo, pero, si por un lado es entendible que muchas personas no pueden hacer frente a los gastos más básicos con pensiones de poco más de 600 euros, eso no debe ir en detrimento de los que tienen pensiones más altas, no por guapos, sino porque han cotizado más. La obligada solidaridad ya la han hecho durante toda su vida laboral los que tenían salarios más altos, quizá porque se esforzaron más. Tengo delante dos nóminas y los números cantan: Una de ellas es muy baja, porque no es a tiempo completo, en ella el total de devengos computables es de 496,36 euros y cotiza a la Seguridad Social 30,68 euros. La otra, de un cuadro intermedio de una empresa a tiempo completo, tiene un total de devengos computables de 2.883, 35 euros y cotiza a la Seguridad Social 169,48 euros. La primera nómina no tiene retenciones de IRPF, pero la segunda paga el 21,7%, nada menos que 624,25 euros. La primera nómina se queda finalmente en 422,83 euros, pero la segunda en 1.991,28 euros. Está clarísimo quienes son los que más soportan las cargas fiscales y las cotizaciones a la Seguridad Social, no los ricos, sino los trabajadores que más se han esforzado o que tienen mayores responsabilidades en las empresas. A esas personas son a las que se ha exprimido y se exprime como limones para pagar pensiones de gente que no ha dado palo al agua en su vida o que no han cotizado porque no les ha dado la gana y son los que soportan una carga impositiva brutal. Eso sin contar con que las cotizaciones de las empresas a la Seguridad Social por sus trabajadores también van en función de los salarios. La paradoja llega hasta el punto de que a algunos trabajadores cuando les suben el sueldo les baja el salario neto, porque suben un tramo en los descuentos por IRPF ¿Esforzarse, para qué? se dicen.

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