Todos debemos recordar que fue la
coartada de los ataques con armas químicas la que esgrimió la OTAN hace unos años para amenazar
con atacar Siria. Capitaneados por Francia, las potencias occidentales y varios
países aliados llevaron al Consejo de Seguridad de la ONU el asunto para
disponer de un mandato que diera cobertura legal a su intervención militar.
Rusia y China, que habían sido unas ingenuas al tragar con la autorización de
la ONU para que la OTAN estableciera una exclusión aérea sobre cielos libios,
no picaron esta vez el anzuelo y vetaron la resolución del Consejo de
Seguridad, impidiendo el ataque que ya estaba preparado. En efecto, el guión
imperialista era exactamente el mismo que habían seguido en la agresión a
Libia. Apoyo aéreo y destrucción del Ejército Árabe Sirio, mientras los grupos
mercenarios yihadistas completarían el trabajo sobre el terreno. El objetivo,
como se había hecho en Irak y Libia, era instalar el caos permanente en el país
para luego gestionarlo a su antojo. El tridente del diablo estaba compuesto por
Occidente, Israel y las monarquías feudales sunitas, lideradas por Arabia Saudí,
los tres tenían, y tienen, intereses inconfesables en el asunto.
La patraña de los ataques
químicos no desapareció a pesar de que Siria entregó todo su arsenal a los
inspectores de la ONU (quedando indefensa ante las armas nucleares de Israel),
es más, hace muy poco tiempo los EE UU, que se negaron a que inspectores independientes
verificaran la autoría del supuesto ataque químico, bombardearon una base aérea
siria con misiles “Tomahawk” que lanzaron dos destructores que partieron de la
base de Rota (Cádiz). Entonces ya dijimos que era totalmente absurdo que el
régimen sirio, que iba ganando la guerra, diera una coartada así para que lo
atacaran sus enemigos. Pues bien, otra vez se repite la historia y ahora los EE
UU no solo quieren atacar a Siria por lanzar un supuesto ataque químico, la
amenazan porque dicen que los sirios están pensando hacerlo. De locos. Repito ahora
lo que dije entonces ¿porqué Al Assad iba a dar una coartada a sus enemigos
para que lo atacaran cuando va ganando la guerra?
La verdad, sin embargo, es que, a
pesar de todos los esfuerzos realizados por las potencias occidentales y los
regímenes feudales árabes, encabezados por Arabia Saudí, los terroristas
yihadistas están siendo derrotados y, una vez que Turquía les ha cortado las líneas
de abastecimiento, sus días están contados. La paz y estabilización de Siria e
Irak no interesan, porque son aliados de Irán, el verdadero enemigo a batir en
Oriente Medio. Occidente quiere instalar para siempre el caos allí y que esos
países pongan los muertos. El cinismo y la hipocresía de los que no dijeron absolutamente
nada cuando Sadam Hussein, en el contexto de la guerra contra Irán, gaseó a
miles de kurdos y tampoco hicieron manifestación alguna de condena cuando
Israel bombardeó con bombas de fósforo blanco (prohibidas por la convención de
Ginebra) objetivos civiles en Líbano, es monumental. Sobresale el de Nikki
Haley la embajadora de los EE UU ante la ONU, una multimillonaria de padres
inmigrantes indios, que fue gobernadora de Carolina del Sur y que es una de las
mas impresentables radicales del Partido Republicano. Haley miente como una
bellaca, y se le nota.
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