Una nueva ocurrencia ha tenido
Albert Rivera, el líder de Ciudadanos, su grupo va a llevar al Congreso de los
Diputados una proposición de ley para que se legalice en España la llamada
gestación subrogada, también conocida como “vientres de alquiler”. No es la
primera vez que este hombre nos sorprende con sus iniciativas “transversales”,
muy poco pensadas y meditadas, pero que hacen ruido mediático, que a algunos
parece que es lo único que les interesa, sin calibrar las consecuencias de sus
actos. Todavía recuerdo la propuesta estrella de Ciudadanos en aquel documento
que los poderes fácticos obligaron a firmar a Pedro Sánchez para impedir que
este formara Gobierno con IU y Podemos, era lo que se ha dado en llamar la “mochila
austriaca”, es decir, que los trabajadores se paguen su propio despido. A mí me
hace mucha gracia que a los de Podemos, por ejemplo, los tilden de “populistas”
dando un sentido peyorativa a este término, que viene de pueblo, para descalificarlos,
pero que no se haga lo mismo con otras formaciones políticas, como Ciudadanos,
que, a la vista está, son tan “populistas” o mas que los de Podemos.
La gestación subrogada, a la que
también se la llama “maternidad subrogada”, “maternidad por encargo”, “maternidad
de alquiler”, “subrogación gestacional”, etc, consiste en que una mujer lleva
en su vientre durante nueve meses un hijo que no va a ser suyo, incluso se la
obliga a firmar un documento para que no pueda cambiar de parecer. El embarazo
puede producirse por inseminación artificial, lo mas corriente, o por una
relación sexual normal y puede incluir esperma y óvulos de quien o quienes
hacen el encargo o no. La
mayoría de estar maternidades por encargo las realizan parejas que no pueden
tener hijos o que no pueden, o no quieren, recurrir a la adopción. También personas
solteras o sin pareja recurren a la gestación subrogada. Una gran parte de los
demandantes de este servicio son homosexuales.
Aunque desde el punto de vista
ético la gestación subrogada no puede ser defendida de ninguna forma, lo peor
es que se ha convertido en un negocio repugnante controlado por mafias que
explotan a mujeres en grave riesgo social quedándose con una buena parte de las
plusvalías económicas que generan sus úteros. Son estas mujeres, y no otras de
otra condición social que se sometan altruistamente a esta práctica inhumana,
las explotadas para entregar sus hijos a los que se pueden permitir pagar
grandes sumas de dinero.
Cuando en España, como en la
mayoría de países civilizados, había un consenso político y social sobre
mantener la prohibición de la gestación subrogada, y cuando esto era casus
belli para las organizaciones feministas, hete aquí que Albert Rivera quiere que
esta práctica sea legal en España, eso sí, sin pagar nada para que una mujer lleve
durante nueve meses en su vientre el hijo que le va a entregar a otros. Rivera,
evidentemente, nos quiere tomar el pelo a todos.
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