lunes, 12 de junio de 2017

LIBERBANK, SIGUE LA IGNOMINIA

Algunos ya advertimos en su día que la crisis provocada por el estallido de la burbuja financiero-inmobiliaria se había cerrado en falso, no solo porque las medidas que se tomaron para atajar sus consecuencias y evitar el  contagio y la quiebra de todo el sistema financiero no fueron las correctas, también, y sobre todo, porque los mismos actores, los mismos protagonistas de aquel gigantesco timo, de aquella fechoría, seguían campando a sus anchas y gestionando el desastre que habían provocado. Solo hace falta observar que el actual ministro de Economía de nuestro país, Luis de Guindos, era nada menos que el director para España y Portugal de Lehman Brothers, la entidad que, con su quiebra, fue el detonante de la explosión de la burbuja del “ladrillo”. Es decir, las mismas zorras siguen cuidando el gallinero, y siguen haciendo de las suyas y acabando con las gallinas. En una dictadura los culpables serían ellos, pero, en una democracia los culpables somos nosotros.
Los mismos que después de inyectar 61.366 millones de euros (según el Banco de España) o 100.000 millones (según Bruselas) de dinero público para rescatar las Cajas de Ahorros, las han liquidado y medio regalado a la gran banca privada y los mismos que han puesto a individuos como Rodrigo Rato a gestionar entidades como Bankia, son los que siguen tomando medidas tremendas que afectan a la vida de cientos de miles de ciudadanos, a muchos de los cuales han dejado en la ruina. Hace unos días hemos visto como 330.000 accionistas del Banco Popular perdían todo su dinero y no estamos hablando de millonarios, porque la mayoría son gente normal que había depositado allí todos sus ahorros. Lo mismo sucedió con las Preferentes donde fueron decenas de miles los españoles, entre ellos muchos ancianos, vilmente engañados. El propio ministro, de Guindos, hace muy poco tiempo había dicho que no había ningún problema con el Banco Popular y que la entidad estaba saneada.
Pues bien, ahora surge el problema en Liberbank, una entidad resultado de la fusión de varias Cajas de Ahorros que se hizo con criterios políticos y con una alegría e irresponsabilidad increíbles. A veces es imprescindible echar mano de las hemerotecas y ver lo que unos y otros decían sobre la fusión de CajAstur y Caja Castilla-La Mancha, por ejemplo, Mientras el entonces presidente del Principado, ahora senador aforado, Vicente Álvarez Areces, loaba la fusión, otros, como Francisco Álvarez-Cascos, la criticaban con vehemencia. El tiempo, ese juez insobornable, siempre acaba dando y quitando razones.
La preocupación ha llegado al punto de que la CNMV ha prohibido las “operaciones a corto” en Liberbank, bajo la coartada de evitar los ataques especulativos. Lo que está sucediendo en estos días no está nada claro, empezando por la compra masiva de acciones (800.000 acciones compró Fernando Masaveu) cuya intención no se sabe si ha sido para reforzar la entidad o lucrarse merced a información privilegiada. Tampoco está clara cuál es la verdadera situación financiera de Liberbank y si su cuenta de resultados se ajusta a la realidad. ¿Se están computando los ingentes activos tóxicos de Liberbank a su valor nominal y no al valor real de mercado para maquillar las cuentas? Miles de puestos de trabajo penden de un hilo y la propia existencia de Liberbank y si no se da una solución seria a la actual situación el fuego puede extenderse a todo el sector financiero y a toda la economía de nuestro país. Me temo lo peor, porque sigue la ignominia.



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