Así ha calificado el presidente
de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, a los autores del gigantesco incendio que ha asolado el país vecino
provocando 64 muertos, decenas de heridos y cientos de damnificados, muchos que
lo han perdido todo. En efecto, los bomberos han podido determinar que el fuego
comenzó horas antes de la “tormenta seca”, con varios focos simultáneos, y que
no fue un rayo el causante, como se había barajado en principio. No es la
primera vez, ni mucho menos, que Portugal padece devastadores incendios, la
mayoría provocados, pero nunca, hasta ahora, quedó tan diáfano que tras el
fuego están individuos que solo se pueden calificar de terroristas.
En España hemos tenido relativa
suerte, porque a pesar de los miles de incendios forestales que ha sufrido
nuestro país todavía no hemos tenido un drama humano tan grande. No debemos
olvidar, sin embargo, que en España tenemos una media de ocho muertos (seis de
los servicios de extinción) al año en los incendios forestales. El peor año fue
2.005, cuando en un solo incendio, en Guadalajara, perdieron la vida once
componentes de los servicios de extinción, en aquella ocasión el incendio fue
provocado por una barbacoa mal apagada, es decir, por negligencia criminal.
Algunos incendios son provocados por pirómanos enfermos, a los que les gusta ver arder el monte, pero la gran mayoría lo son por intereses económicos, no solo los forestales. Hace poco hemos sabido que el fuego que padeció la localidad de Seseña, donde ardieron millones de neumáticos, fue provocado por las rencillas económicas entre dos cuñados y también es de conocimiento público que algunos locales y empresas son incendiados para cobrar el seguro o para echar el cierre de manera menos onerosa. En todos los casos, debemos ser conscientes que los pirómanos son terroristas cuyas acciones son tan execrables como las del terrorismo yihadista, porque, como hemos visto, ponen en peligro las vidas y haciendas de las personas y atentan contra la Naturaleza, cuando el planeta Tierra mas está padeciendo las consecuencias del cambio climático. Tras el incendio de Portugal quedan pueblos arrasados, familias destrozadas y un país compungido por el drama humano, pero también decenas de miles de hectáreas desertizadas y miles de animales, domésticos y salvajes, carbonizados.
Algunos incendios son provocados por pirómanos enfermos, a los que les gusta ver arder el monte, pero la gran mayoría lo son por intereses económicos, no solo los forestales. Hace poco hemos sabido que el fuego que padeció la localidad de Seseña, donde ardieron millones de neumáticos, fue provocado por las rencillas económicas entre dos cuñados y también es de conocimiento público que algunos locales y empresas son incendiados para cobrar el seguro o para echar el cierre de manera menos onerosa. En todos los casos, debemos ser conscientes que los pirómanos son terroristas cuyas acciones son tan execrables como las del terrorismo yihadista, porque, como hemos visto, ponen en peligro las vidas y haciendas de las personas y atentan contra la Naturaleza, cuando el planeta Tierra mas está padeciendo las consecuencias del cambio climático. Tras el incendio de Portugal quedan pueblos arrasados, familias destrozadas y un país compungido por el drama humano, pero también decenas de miles de hectáreas desertizadas y miles de animales, domésticos y salvajes, carbonizados.
En Asturias, hemos padecido
cientos de incendios en los últimos dos años, la mayoría también provocados,
bien por negligencias o con alevosía y premeditación. Algún incendiario incluso
ha sido grabado por cámaras instaladas en el monte. La Guardia Civil, tras
arduas investigaciones, ha logrado detener a varios pirómanos, no por
casualidad todos pertenecientes al mismo colectivo, el de los ganaderos. Hace
unos meses, tras una sesión en la Junta General donde varias asociaciones
ganaderas lograron intimidar a los diputados regionales (“queremos seguir
haciendo lo que siempre hemos hecho”, dijeron entonces con vehemencia) todos
los grupos, menos Podemos, acordaron levantar la prohibición de que el ganado
pastara en los terrenos quemados, convirtiendo a Asturias en la única comunidad
autónoma de España donde se permite. La iniciativa de la medida fue del PP. No
solo eso, también se acordó dejar sin efecto las sanciones vigentes por llevar
ganado a pastar a terrenos acotados. A partir de que los políticos asturianos
tomaran esa irresponsable decisión los incendios forestales se multiplicaron,
al mes siguiente fueron mas de 260. Pero, no debemos olvidar que abaratar el
precio de la madera o conseguir que el suelo sea edificable también son “razones”
para quemar el monte.
Para prevenir los incendios
forestales son necesarias unas políticas de limpieza del monte y de vigilancia adecuadas
y poner en su sitio, con medidas legales contundentes, a la mano criminal.
DEP las víctimas y mi
reconocimiento para los bomberos, voluntarios, pilotos de aviones y helicópteros y los soldados de la UME, que se juegan la vida en el infierno.
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