lunes, 24 de abril de 2017

ELECCIONES EN FRANCIA, NO HUBO SORPRESAS

Esta vez no hubo sorpresas y acertaron los pronósticos de casi todas las encuestas y de casi todos los analistas y futurólogos políticos. A falta del recuento de las últimas papeletas, Macron, el candidato de la banca y los poderes fácticos, ha ganado la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas con el 23,75% de los sufragios, imponiéndose por poco margen a Le Pen, que ha obtenido el 21,53%. El candidato de La Izquierda Insumisa, Mélenchon y el de la derecha ultraliberal, Fillon han empatado, obteniendo un 19,5% de los votos (bastante mas de lo esperado en ambos casos) y el candidato del Partido Socialista, Hamón, se ha derrumbado y no ha llegado siquiera al 7%. La derrota de los socialistas es tremenda y no hace mas que confirmar el declive de casi toda la socialdemocracia europea. Después de lo que sucedió en Grecia, después de lo que pasó hace muy poco en las elecciones en Holanda y después de lo que ha pasado en Francia, los socialistas deberían hacer un análisis profundo sobre lo que han estado haciendo estos últimos años para que los ciudadanos los castiguen de forma inmisericorde. Está claro, para el que quiera verlo, que las últimas dos derrotas electorales del PSOE en las elecciones generales en España no han sido por culpa de Pedro Sánchez.
Emmanuel Macron procede de la Banca Rothschild, el grupo financiero mas importante del mundo cuyos dueños y socios mayoritarios es la familia judía del mismo nombre. Fue ministro de Economía del Gobierno socialista de Hollande y desde allí se dedicó a implementar las medidas derechistas que, junto con las de otros ministerios, han logrado el hito de los peores resultados del PSF desde la Segunda Guerra Mundial. Sus votos, no hace falta tener muchas luces para dase cuenta, los ha obtenido ahora precisamente de los antes votantes socialistas, muchos, pequeño-burgueses que nunca votarán ni a la verdadera izquierda ni a la ultraderecha.
Marine Le Pen llega, después de quince años, otra vez a la segunda vuelta de las presidenciales francesas y lo hace con un programa político que marca las diferencias. Coincide en algunos asuntos estratégicos con lo que defiende Mélenchon, como salir de la OTAN y hacer un referéndum para salir de la Unión Europea, pero también, al contrario que el candidato de La Izquierda Insumisa, quiere poner coto a la inmigración y que sean expulsados de Francia una buena parte de los extranjeros fichados por la policía. Si no conociéramos la Historia, parecería increíble que el programa económico, social y laboral de la ultraderecha es mucho mas de izquierda que todos los del resto, salvo el de Mélenchon. La candidata del Frente Nacional lo va a tener casi todo en contra, los aparatos de los partidos tradicionales, los aparatos mediáticos, los burócratas de Bruselas  y los que mueven los hilos entre bambalinas y va a ser muy difícil que logre la victoria en la segunda vuelta frente a Macron, que lo tendrá todo a favor.

Hacer un pronóstico de lo que va a suceder el 7 de mayo es fácil, ganará Emmanuel Macron si no hay una sorpresa mayúscula. Yo he intentado repartir los votos de los candidatos ahora derrotados entre los dos que han llegado a la final y la abstención y no me sale ninguna combinación que permita obtener la victoria a Le Pen. Pero, en fin, algo parecido se dijo en las presidenciales de los EE UU y fue Donald Trump el que ganó. Solo el presidente ruso, Vladimir Putin, acertó sobre lo que sucedería en los EE UU y no olvidemos que Marine Le Pen es su apuesta para las elecciones presidenciales francesas.

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