miércoles, 26 de abril de 2017

87 AÑOS DEL BOMBARDEO DE GUERNICA

El día 26 de abril se cumplirán 87 años del bombardeo de la localidad vizcaína de Guernica por fuerzas de la Luftwaffe apoyadas por algunas unidades aéreas italianas. La dirección del ataque corrió a cargo del teniente coronel Wolfran von Richthofen, Jefe del Estado Mayor de la Legión Cóndor y primo del famoso piloto de la Primera Guerra mundial, Manfred von Richthofen, mas conocido por el sobrenombre de "El barón rojo", por el color de su avión; pero la responsabilidad de la masacre debe ser compartida por las fuerzas expedicionarias que Alemania e Italia destinaron para ayudar a los sublevados españoles y por los mandos superiores de los levantados en armas, que autorizaron y dieron el visto bueno al ataque, aunque el general Mola, jefe del Ejército del Norte, dijo indignarse con la operación. El Bombardeo de Guernica (Gernika, en Euskera) no fue un hecho aislado en la campaña de los "nacionales" en el País Vasco, porque el 31 de marzo la aviación italiana había arrasado Durango causando casi 300 muertos. Para mas inri, los sublevados atribuyeron la destrucción de la ciudad a las fuerzas republicanas, pero quiso la casualidad que en esos momentos se encontraran en Bilbao varios periodistas británicos, entre ellos George Steer, que trabajaba en el diario "The Times" y que envió a Inglaterra varios reportajes, incluso aportando fotos de algunas bombas alemanas que no llegaron a explotar.
Ante el escándalo internacional, el mando fascista argumentó que en Guernica había fábricas de armas y un puente importante y que la ciudad era un objetivo de carácter militar prioritario para cortar la retirada hacia Bilbao de las fuerzas republicanas. Pero la realidad era muy distinta, porque ni la pequeña fábrica situada en las afueras fue bombardeada ni tampoco el citado puente, que quedó intacto, pues el ataque no era de precisión, porque se realizó a 3.600 metros de altura, aunque la localidad vasca carecía de cualquier tipo de defensa antiaérea. La verdad es que el bombardeo tenía otros objetivos, por parte de las mandos "nacionales" se trataba de aterrorizar a la población civil para terminar pronto la campaña de Euskadi y los alemanes de la "Legión Cóndor" estaban interesados en probar nuevas armas y nuevas tácticas de bombardeos de "alfombra" sobre ciudades.
El teniente coronel Richthofen reconocía, con una criminal ironía, en su diario que en Guernica se había comportado "muy maleducadamente" y el criminal de guerra nazi y jefe de la Luftwaffe, Hermann Wilhelm Göring, manifestó en "Los Juicios de Núremberg" que "sus muchachos tuvieron un buen entrenamiento en la Guerra de España".
En el bombardeo participaron cuatro escuadrillas de aviones Junkers Ju-52 y una escuadrilla de bombardeo experimental compuesta por varios Heinkel He-111 y Dornier Do-17, que fueron escoltados por cazas Heinkel He-51 y Messermitch Me-109. También colaboraron varios cazas italianos.
No fue posible determinar el número exacto de víctimas porque las tropas franquistas, que entraron dos días después en la ciudad, quemaron los archivos del ayuntamiento, pero la población quedó completamente destruida, ya que no solo se utilizaron bombas convencionales de 250 kilos, también cientos de pequeñas bombas incendiarias de un kilo que convirtieron la ciudad, que carecía de servicio de bomberos, en una antorcha.
En 1.997, el entonces presidente de Alemania, Roman Herzog, en el 60 aniversario del bombardeo, en carta leída por el embajador alemán en Madrid a los descendientes de las víctimas, pidió públicamente perdón por la manifiesta autoría de la masacre.
Nada refleja mejor el horror de este triste episodio de nuestra contienda civil que el genial cuadro pintado por Pablo Picasso que se conserva, desde 1.992, en el Museo Reina Sofía de Madrid.

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