domingo, 31 de marzo de 2013

EL CHANTAJE DE LOS NACIONALISTAS


El calendario que han consensuado CIU y ERC para la “consulta soberanista” avanza imparable, por eso el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, incapaz de hacer cumplir la Ley y la Constitución, se ha reunido con el presidente de Cataluña, Artur Mas, para ofrecerle una nueva financiación a cambio de parar el proceso independentista. El encuentro, no institucional, ha sido semisecreto y,  naturalmente, han estado ausentes luz y taquígrafos. En la jugada tramposa entrarían los socialistas catalanes del PSC, para dar auxilio parlamentario a CIU, ante la ruptura cantada con ERP. De hecho, el líder socialista catalán, Pere Navarro, ya anunció que acudiría en auxilio de CIU si los nacionalistas no convocan la consulta.
La reunión ha sido a escondidas, mas que para mantener la discreción, para que los periodistas no preguntaran y para que los ciudadanos españoles no se enteraran de que se están negociando cosas al margen de la Constitución y que el que lo hace es nada menos que el presidente del Gobierno.
Las nacionalistas, desde el primer momento de la Transición ya plantearon la asimetría de las futuras CC AA, conviene recordar que algunas regiones accedieron a la autonomía a través del artículo 143 y otras del 151, lo mismo cabe decir de su animadversión a lo que se llamó “café para todos” (mismo derecho a todas las competencias). Incluso en la Constitución quedaron recogidos los derechos históricos de los Fueros Vascos y Navarros, lo que ha permitido que esas CC AA gocen, entre otras cosas, de privilegios fiscales que son un agravio comparativo para el resto. Ceder a las presiones de los partidos nacionalistas, que también se habían integrado, junto con la mayoría de los demócratas, en lo que se dio en llamar Platajunta fue el mayor error de la Comisión Constitucional.
Pero, no contentos con tener un nivel de transferencias altísimo, con una voracidad insaciable, quieren aún más. Bajo la falsa acusación al Estado de castigar fiscalmente a Cataluña, Mas pretende, y lo ha dicho sin ambages, que la comunidad autónoma que el preside tenga los mismos privilegios que vascos y navarros, en román paladino, que Cataluña se quede con mas dinero gracias a un concierto económico nuevo similar al foral. Eso, obviamente, es un ataque bajo la línea de flotación de la Constitución.
La coartada para el chantaje permanente de los nacionalistas al Estado son sus pretendidos derechos históricos y su tradición soberanista, aunque existe otra comunidad autonoma, Asturias, que ya era un reino tres siglos antes de que los musulmanes fueran expulsados de Cataluña y que tenía al País Vasco como una provincia mas de su basto territorio, que se extendía por todo el Norte de la Península. Los nacionalistas, que hace mucho tiempo que han perdido la vergüenza, también utilizan al independentismo radical para chantajear al Estado, sean los etarras camuflados bajo las siglas de Bildu o los radicales de ERC.
La crisis económica que afecta a España no es el principal de sus males, es la crisis moral, de valores sociales y políticos e institucional la que nos tiene cogidos por la entrepierna y permite que cualquiera chantajee a nuestro Gobierno sin que le cueste nada. 


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