Los últimos datos aportados por organismos privados y públicos nacionales e internacionales atestiguan que el mercado interno español continúa en caída libre y, lejos de lo que dicen los misnistros de Economía y Hacienda, de Guindos y Montoro, la recuperación de la economía española no se ve por ninguna parte.
Ya se ha decidido que los salarios no crecerán este año, en ningún caso, por encima del 0,6%, eso quiere decir que los trabajadores volverán a perder poder adquisitivo, otros dos puntos, pues la inflación interanual está en torno al 2,6%. Pero, además, son muchos los empleados públicos y privados que han visto disminuir sus nóminas, tanto por merma del sueldo bruto como por el incremento impositivo del IRPF que impuso el Gobierno del PP. Si tenemos en cuenta también a los pensionistas, que han perdido un 1,7% de poder adquisitivo en el último año, tendremos la patética imagen de unos consumidores que cada vez tienen menos dinero para comprar.
Si la sobreproducción industrial y la pérdida del poder adquisitivo de los ciudadanos fueron las causas de la crisis económica, empecinarse en el error traerá muy malas consecuencias.
El ajuste de nuestra economía y el saneamiento de los entes bancarios que se crearon para liquidar las Cajas de Ahorros están siendo pagados por los ciudadanos, especialmente por los que menos tienen, pero los trabajadores españoles ya llevaban años perdiendo capacidad de compra porque, desde la entrada en el euro, el desequilibrio entre salarios y precios se acentuó. Ese dinero no se lo llevó el viento sino que hubo una trasferencia brutal de las rentas del trabajo hacia el capital, de forma escandalosa hacia el tinglado financiero-inmobiliario. A raíz de lo que ha sucedido en Chipre, hemos sabido que en España hay aproximadamente un millón de cuentas bancarias con más de 100.000 euros, mientras hay 6 millones de parados y centenares de miles de familias se encuentran ya al borde de la indigencia. La crisis está afectando a todos los españoles, pero a unos mucho mas que a otros.
Pese a una verdad tan diáfana, con caída continuada de las ventas en todos los sectores, los empresarios y el Gobierno que preside el Sr. Rajoy no piensan rectificar, es más, en su delirio argumentan que con mas ajuste salarial las empresas españolas serán mas competitivas y podrán exportar mas. Va a resultar que los neoliberales en realidad anhelan una economía como la china, con salarios muy bajos, sí, pero con una dirección y planificación estatal de la economía. Vivir para ver.
Es necesario un golpe de timón en la economía española que empiece a corregir algunos desequilibrios estructurales graves y que invierta una tendencia hacia los números rojos en los resultados de las empresas por la caída de la demanda interna, pero hay que hacerlo ya mismo, antes de que sea demasiado tarde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario