domingo, 8 de mayo de 2011

EL ESCANDALO DE SOGEPSA

Con el levantamiento parcial del secreto del sumario que se sigue en el caso Renedo, la opinión pública asturiana (no se ha dado publicidad al asunto en el resto de España) ha podido acceder a los pormenores de la trama. Resultan especialmente groseras las conversaciones, gravadas por la Policía, del que fuera consejero de Educación, Riopedre, su segunda, Otero y la alta funcionaria Marta Renedo, persona en la que, al no ostentar un cargo político, el PSOE esperaba centrar las iras de los ciudadanos. Después de analizar lo que el juez que lleva el caso ha dado a la luz, podemos extraer tres conclusiones: que la red de personas implicadas en la corrupción de la administración asturiana, con empresas fantasma a su nombre incluidas, es bastante mas grande de lo que se pensaba, que se actuaba con la prepotencia y desfachatez que da la seguridad de la impunidad y que el dinero robado, que sabemos hasta ahora, puede llegar a mas 300 millones de las antiguas pesetas, eso sin contar otro tipo de contrapartidas inmobiliarias, favores varios, etc. Al lado de cosas como esta llama la atención que los socialistas lleven dos años hablando de los famosos trajes de Camps y de lo corrupto que es el presidente de Valencia.
Pero el escándalo mas gordo todavía no ha estallado y puede hacerlo en plena campaña electoral. Varias asociaciones de afectados por las expropiaciones de SOGEPSA, esa entidad neomafiosa tutelada por el Gobierno del Principado y que preside el consejero de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio e infraestructuras, Buendía, han unido sus fuerzas para llevar a las instancias judiciales que sea menester sus mas que legítimas reclamaciones. Si algún escalón judicial da amparo y estima las alegaciones de los abogados de los afectados, cosa que pudiera suceder, se puede armar una muy gorda, porque no solo se vería directamente afectado el Gobierno de la pseudoizquierda asturiana, también unos cuantos ayuntamientos importantes, incluidos los mas poblados de la región, que tienen en sus manos tanto los socialistas como los populares. Es tan de cajón que expropiar terrenos a particulares, a precios irrisorios, para luego recalificarlos y entregarlos a constructores privados para que obtengan pingües beneficios, son actuaciones, cuanto menos, abusivas, que resulta increíble que esta práctica se hiciera común en Asturias y sobreviva a día de hoy. Tampoco, hasta ahora, todo hay que decirlo, los afectados han sido suficientemente contundentes, porque acciones mas radicales habrían asustado a los protagonistas de la fechoría ante la posibilidad de que sus tejemanejes fueran noticia en los telediarios.
Los socialistas han mantenido y siguen manteniendo unas relaciones muy fructíferas, aunque nada éticas, con el empresariado asturiano, desde dar a la FADE muchos millones de la formación (como también se da a los sindicatos) para que los gestionen a su antojo, hasta proporcionarles suelo a precios baratos para que su margen de beneficio en la venta de pisos sea escandaloso. El suelo robado a muchos ciudadanos de Asturias. Parece que ya nadie se quiere acordar de las cosas que decía José Fernández, el accionista mayoritario y entonces presidente del Sporting, ante la cámara oculta que se vieron en toda España, o de los gruesos y caros libros propagandísticos que pagaron los constructores y que se enviaron a las casas (en Gijón, por ejemplo) al alimón con la corporación municipal de la pseudoizquierda. Actuaciones como estas son pruebas irrefutables de que algo huele a podrido, no precisamente en Dinamarca.
Es cierto que el PP empezó la burbuja inmobiliaria, pero que ahora Zapatero, que lleva mas de siete años en el poder, eche la culpa al PP de los cinco millones de parados es un insulto a la inteligencia de la gente, que ha visto como el presidente negaba la crisis y despilfarraba el dinero que no teníamos. En muchas comunidades autónomas han estado gobernando los socialistas, en solitario o con muletilla, como en Asturias y también han hecho del “ladrillo” un instrumento fundamental de sus políticas, con irregularidades de todo tipo incluidas. Ya veremos lo que pasa con SOGEPSA y si se convierte en el escándalo con mayúsculas.

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