jueves, 5 de mayo de 2011

BIN LADEN Y EL SALVAJE OESTE

No puedo dejar de esbozar una sonrisa cuando escucho algunas declaraciones sobre la muerte de Bin Laden. Como sucedió con el que fuera presidente de Panamá, Noriega, Saddam Hussein y tantos otros, los que un día los aplaudieron y apoyaron son los primeros en maldecirlos y festejar sus desgracias o su muerte cuando ya no son útiles al Imperio, al volverse respondones. ¿Donde estaban los que ahora celebran la muerte del “Hombre Alto” cuando EE UU, Pakistán y Arabia Saudí dieron todos los medios materiales y humanos al hijo del mas rico constructor árabe para que organizara Al Qaeda y expulsara a los soviéticos de Afganistán?¿donde estaban esos mismos cuando se realizaban atentados terroristas y se preparaban ejércitos en Bosnia y Kósovo para desmembrar Yugoslavia?. Como dijo el presidente Franklin D. Roosevelt del dictador nicaragüense Anastasio Somoza, era nuestro hijo de puta.
Los que conocemos de antiguo los métodos norteamericanos (recuérdese como se fabricó el pretexto de la explosión del Maine para declarar la guerra a España y arrebatarle Cuba y Filipinas, por ejemplo) no nos asombramos de las cosas que hacen los que viven al Norte de Río Grande, pero que aquí en Europa, en España concretamente, se aplaudan métodos que van contra todas las convenciones y acuerdos internacionales, incluso en situación de guerra, es lamentable y deja claro en qué manos estamos. Los mismos que condenaban los asesinatos del GAL le ríen las gracias al amo yankee cuando utiliza métodos similares, los mismos que van a misa todos los domingos y se dan golpes de pecho, cual fariseos, no dicen nada de los paladines del “mundo libre” cuando el propio director de la CIA manifiesta ante las cámaras de TV que obtuvieron las informaciones sobre el paradero de Bin Laden aplicando torturas sistemáticas a los prisioneros de Guantánamo. El propio Gobierno español, tan tiquismiquis con los derechos de cualquier colectivo, por exótico que sea, aprueba los métodos del sheriff americano en el OK Corral de Pakistán.
Bin laden no era un angelito precisamente, pero eso no puede servir como otro pretexto mas para convertir el mundo en el Salvaje Oeste.

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