martes, 24 de mayo de 2011

EL DESASTRE SOCIALISTA

Las pasadas elecciones municipales y autonómicas han significado un varapalo en toda regla para el PSOE. Los socialistas se quedan a casi dos millones de votos del PP y pierden todas las comunidades autónomas menos Extremadura, donde IU les va a salvar los trastos. Por cierto, resulta increíble que Cayo Lara no exija cambiar la Ley Electoral a cambio del apoyo que la coalición que lidera viene prestando al PSOE tanto en gobiernos municipales como en los de algunas CC AA. El desastre socialista es especialmente escandaloso en Barcelona, donde pierden la alcaldía que tenían en su poder desde la Transición y en Sevilla, donde los populares obtienen un porcentaje de votos de más del 50%, pero, en cualquier parte que se mire solo se ven políticos socialistas arrastrando su dolor y su derrota.
Estas elecciones han sido atípicas, porque la gente, en general, salvo en pueblos pequeños, no ha ido a votar en clave local. Los ciudadanos estaban indignados con las políticas de recortes sociales y subidas de impuestos de Zapatero y con la escandalosa cifra del paro. Los españoles han ejercido un contundente voto de castigo contra unas políticas que no comparten y contra un partido que les ha engañado, ha dado la vuelta, como a un calcetín, a su programa electoral y ha ejercido de dura derecha mientras decía ser de izquierda. Fundamentalmente, hay un trasvase de votos desde el PSOE al PP. Rajoy ha hecho una inteligente campaña de perfil bajo donde solo ha dicho generalidades, sin descubrir su programa y ha huido del enfrentamiento a cara de perro, recogiendo la fruta madura de la perita en dulce socialista, zarandeada por los vientos de la crisis, su pésima gestión y su claudicación ideológica. La hecatombe de la socialdemocracia no es una singularidad española, los partidos socialistas pasan serias dificultades de credibilidad en Gran Bretaña, Alemania, Francia, Portugal, Suecia, etc, cuando no han desaparecido como partido, como sucedió en Italia. Quizá con Olof Palme, muerto en un asesinato nunca aclarado, falleció el último mandatario socialista verdaderamente de izquierda.
También ha pasado factura electoral la percepción ciudadana, para nada equivocada, de que muchos dirigentes socialistas y medios afines han hecho todo lo posible para que Bildu, el brazo político de KAS, estuviera en las elecciones. Pero como el que alimenta monstruos acaba siempre devorado por ellos, tanto Odón Elorza, el hasta ahora alcalde socialista de San Sebastián, que siempre ha jugado a la ambigüedad con los violentos, como el PNV, muletilla parlamentaria del PSOE, van a sufrir en sus carnes su oportunismo suicida. Bildu es la fuerza política mas votada en San Sebastián y, con casi 300.000 votos, ha hurtado el liderazgo nacionalista a los pequeño-burgueses del PNV. Ya dijimos que la legalización de esta organización traería consecuencias gravísimas.
El problema con el que ahora nos encontramos es que tenemos un Ejecutivo, desautorizado por los ciudadanos, que piensa seguir gobernando en precario mientras su presidente, Zapatero, continúa con sus políticas de “reformas”, es decir, de ataque a los derechos sociales de los trabajadores y de despilfarro, teniendo que poner deuda y mas deuda pública en el mercado a unos intereses que no podremos pagar nunca. Los españoles tendrán que acompasar su sufrimiento a los tiempos que el PSOE necesita para buscar una salida que le permita acudir a las generales con un mínimo de garantía, no para ganar, ni tan siquiera para perder dignamente, sino para no convertirse en un partido minoritario o desaparecer.
Chacón o Rubalcaba, primarias o congreso, pocos socialistas van a apostar por la autocrítica seria y de revisión ideológica. Pero, el país no puede seguir así casi un año mientras el PSOE desoja la margarita. Una moción de censura podría ser una salida, si se contara con mayoría suficiente para ganarla, pero, conociendo a los actores de esta tragicomedia, es poco probable.
Tendremos que seguir padeciendo.

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