lunes, 11 de octubre de 2010

REBELION EN LA GUARDIA CIVIL


No puede ser otro el calificativo para las protestas que vienen protagonizando los miembros de la Benemérita, desde hace meses, dado el carácter militar del Cuerpo. En el acto que se celebraba con ocasión de su patrona, la Virgen del Pilar, han proliferado los silbidos y abucheos contra el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, por la situación que padecen los miembros del instituto armado, que ya venía de antiguo, pero que se ha ido agudizando, como la del resto de los trabajadores de este país, en los últimos tiempos. No nos gustan este tipo de actitudes porque pensamos que la disciplina y organización castrense de la Guardia Civil son de los activos mas importantes con que cuenta una de las policías militarizadas con mayor prestigio del mundo y deben mantenerse, otra cosa es que comprendamos, ya lo hemos denunciado con vehemencia en otros escritos, los problemas que se padecen, a nivel individual y colectivo, agravados por la falta de cauces adecuados para trasladar las inquietudes, y que exijamos con la mayor firmeza que se dé solución a ellos.
Hay algunas estructuras del Estado que se han quedado anticuadas porque no se han adaptado a los cambios que ha impuesto la división territorial de la nación en comunidades autónomas. La Guardia Civil, a pesar de la vital importancia de su labor, ya no está a la altura de los requerimientos que necesitamos porque urge una reorganización en toda regla. Al mismo tiempo, no se ha prestado la atención debida al funcionamiento orgánico del Cuerpo, con un grave deterioro de la eficacia que queremos los ciudadanos. Es muy preocupante el índice de suicidios y bajas laborales en la Guardia, pero se explican si analizamos los horarios abusivos, órdenes ridículas, falta de seguridad y salarios, comparativamente, de segunda.
Puede que no sea una casualidad que precisamente con los gobiernos socialistas la Benemérita se vea gravemente afectada. El episodio de Roldán, director general de bochornoso recuerdo, quizá sea lo mas llamativo, pero hay asuntos no menores que han venido erosionando, al no prestarles la debida atención, la operatividad de la institución y la moral de los agentes.
Ya lo hemos dicho otras veces, es necesaria una reorganización a fondo de la estructura policial en el conjunto del Estado. No hay medida mas progresista, no hay mejor labor de izquierda que la defensa de la Constitución, patrimonio de todos los españoles y, en consecuencia, de los instrumentos imprescindibles para que ello sea posible. En este sentido, la Guardia Civil siempre ha estado en primera línea y sus argumentos van desde labores que comparten con las policías, hasta complejas operaciones de investigación e inteligencia, sin olvidarnos de tantos héroes que han pagado con su vida la preservación de nuestra convivencia y la defensa de España, muchas veces trabajando con limitaciones que, si las pormenorizáramos, causarían un escándalo.
Los que defendemos el protagonismo del Estado, la Constitución y sus valores sociales, queremos que la Benemérita goce de buena salud y pueda ejercitar su labor en las mejores condiciones posibles. Hay que optimizar los recursos, sin yuxtaposición de funciones, y dar otros ámbitos de actuación mas acordes con las necesidades reales. No es de recibo, por ejemplo, que existan en algunos territorios hasta tres policías distintas con labores similares.
Queremos el cambio de nombre, debe llamarse Guardia del Estado, y deseamos la mejora de sus capacidades operativas, tanto como organización armada para la defensa del territorio como policial por encima de las policías autonómicas (al estilo del FBI), sin olvidarnos que la Benemérita debe ser la punta de lanza en la lucha contra el tráfico de drogas, la corrupción y los ataques al medio ambiente, como ya lo es ahora, pero con mas y mejores instrumentos y medios.
España necesita que la Guardia sea la "niña de nuestros ojos" y, consecuentemente, no podemos soslayar sus necesidades, a nivel de organización y a nivel humano.

Nota: la foto corresponde a una patrulla del SEPRONA rescatando a un buho real herido. Es una de las decenas de miles de intervenciones que el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil realiza al año.

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