Ayer se dio a conocer el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), elaborado entre el 3 y el 13 de septiembre pasados, que recoge datos significativos sobre la opinión de los ciudadanos que, no lo olvidemos, empezarán a ser llamados a las urnas en breve. El paro, como no podía ser de otra forma, sigue siendo la principal preocupación de los españoles, seguido de la situación económica y la clase política. Sobresale también el problema de la inmigración, que aparece en cuarto lugar, pero creciendo tres puntos en comparación con el anterior sondeo. Hay otros dato de interés, el presidente Zapatero ya es uno de los líderes políticos peor valorado, por debajo incluso del líder de ERC. Pero lo que mas nos ha llamado la atención es precisamente lo que no aparece, esta vez la encuesta no publica la intención de voto. Pero, como afortunadamente vivimos en un país democrático, varios periódicos de tirada nacional dedican en sus páginas de este pasado fin de semana amplia información sobre varias encuestas que coinciden en una espectacular caída de la intención de voto al partido del Gobierno, el PP no solo ganaría las elecciones generales por mayoría absoluta, el PSOE sufriría una debacle electoral.
Son muchos los socialistas, tanto en Madrid (como se ha visto hace unos días con el triunfo de Tomás Gómez en las primarias) como en la periferia, que empiezan a ver a Zapatero y la camarilla que capitanea el vicesecretario general José Blanco como un grave problema, no solo para sus ambiciones políticas, incluso para su modus vivendi. Las declaraciones del presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, aunque luego fueron matizadas, son un síntoma más del pánico que se cierne sobre la militancia.
El problema ya no es que el PSOE pierda las próximas elecciones generales, eso ya se había asumido, de todas formas es normal que los dos partidos mayoritarios se alternen en el poder, es el paripé del bipartidismo, pero es que, además, existe el peligro fundado de que los escaños socialistas queden muy disminuidos en el Parlamento y, lo peor, que algunos gobiernos de CC AA, como Cataluña, Andalucía y Asturias, por ejemplo, cientos de alcaldías y concejalías y, con ello, una buena parte del "pesebre", cambien de manos.
Si en otras elecciones autonómicas y municipales el Gobierno afín era un plus, en estas va a ser un hándicap, pues pasear al presidente Zapatero y a sus ministros y ministras, tan mal vistos por tantos ciudadanos, en vez de dar votos seguramente los quite. Es previsible por tanto que se ponga el acento mas en la Organización que en el Gobierno y que sea Leire Pajín y algunos dinosaurios, como Alfonso Guerra, los que protagonicen el espectáculo. También arrimarán el hombro los "intelectuales" a sueldo, el poderoso aparato mediático y esos artistas que siempre apoyan al PSOE, los que viven de abusivos derechos de autor, subvenciones escandalosas y el cánon digital que usted y yo pagamos, aunque en nuestros discos compactos o DVD solo grabemos nuestras propias fotos. Nos dirán que no seamos malos y que nuestro ayuntamiento no tiene nada que ver con la gestión del Gobierno central, queremos su voto, por amor de Dios. Pero la gente, que ya está muy harta, ahora que no podrá ser deslumbrada por los principales actores, se acordará también de las fechorías locales, en Gijón, por ejemplo, del escándalo de Cabueñes y de lo que está pasando con Juliana.
Ante la desesperación se van a ejecutar maniobras muy peligrosas, una que se lleva planificando desde hace tiempo es hacer votar a los inmigrantes ilegales, que se han empadronado a miles, contra las directrices de la propia UE, otra puede ser la utilización partidista de la corrupción para perjudicar a otros partidos, principalmente al PP (Rubalcaba ya lo está cocinando, como atestigua el fax que ha enviado a los comisarios jefes de toda España), pero seguro que nos sorprenderán con nuevos conejos que sacarán de la chistera y piruetas inverosímiles. ¿No habrá nadie en el PSOE que ponga en cuestión las políticas que los socialistas han realizado en la era Zapatero? ¿no quedará ningún socialista cabal?.
El PP que lidera Mariano Rajoy, sin hacer nada, sin proponer casi nada, se va a llevar el gato al agua. Un partido con graves problemas, como los que tiene en Asturias, y sin un programa para salir de la crisis sin maltratar aún mas a los ciudadanos, puede arrasar porque la gente ya se ha convencido de que nada puede haber peor que Zapatero, sus mentiras y sus ocurrencias.
Son muchos los socialistas, tanto en Madrid (como se ha visto hace unos días con el triunfo de Tomás Gómez en las primarias) como en la periferia, que empiezan a ver a Zapatero y la camarilla que capitanea el vicesecretario general José Blanco como un grave problema, no solo para sus ambiciones políticas, incluso para su modus vivendi. Las declaraciones del presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, aunque luego fueron matizadas, son un síntoma más del pánico que se cierne sobre la militancia.
El problema ya no es que el PSOE pierda las próximas elecciones generales, eso ya se había asumido, de todas formas es normal que los dos partidos mayoritarios se alternen en el poder, es el paripé del bipartidismo, pero es que, además, existe el peligro fundado de que los escaños socialistas queden muy disminuidos en el Parlamento y, lo peor, que algunos gobiernos de CC AA, como Cataluña, Andalucía y Asturias, por ejemplo, cientos de alcaldías y concejalías y, con ello, una buena parte del "pesebre", cambien de manos.
Si en otras elecciones autonómicas y municipales el Gobierno afín era un plus, en estas va a ser un hándicap, pues pasear al presidente Zapatero y a sus ministros y ministras, tan mal vistos por tantos ciudadanos, en vez de dar votos seguramente los quite. Es previsible por tanto que se ponga el acento mas en la Organización que en el Gobierno y que sea Leire Pajín y algunos dinosaurios, como Alfonso Guerra, los que protagonicen el espectáculo. También arrimarán el hombro los "intelectuales" a sueldo, el poderoso aparato mediático y esos artistas que siempre apoyan al PSOE, los que viven de abusivos derechos de autor, subvenciones escandalosas y el cánon digital que usted y yo pagamos, aunque en nuestros discos compactos o DVD solo grabemos nuestras propias fotos. Nos dirán que no seamos malos y que nuestro ayuntamiento no tiene nada que ver con la gestión del Gobierno central, queremos su voto, por amor de Dios. Pero la gente, que ya está muy harta, ahora que no podrá ser deslumbrada por los principales actores, se acordará también de las fechorías locales, en Gijón, por ejemplo, del escándalo de Cabueñes y de lo que está pasando con Juliana.
Ante la desesperación se van a ejecutar maniobras muy peligrosas, una que se lleva planificando desde hace tiempo es hacer votar a los inmigrantes ilegales, que se han empadronado a miles, contra las directrices de la propia UE, otra puede ser la utilización partidista de la corrupción para perjudicar a otros partidos, principalmente al PP (Rubalcaba ya lo está cocinando, como atestigua el fax que ha enviado a los comisarios jefes de toda España), pero seguro que nos sorprenderán con nuevos conejos que sacarán de la chistera y piruetas inverosímiles. ¿No habrá nadie en el PSOE que ponga en cuestión las políticas que los socialistas han realizado en la era Zapatero? ¿no quedará ningún socialista cabal?.
El PP que lidera Mariano Rajoy, sin hacer nada, sin proponer casi nada, se va a llevar el gato al agua. Un partido con graves problemas, como los que tiene en Asturias, y sin un programa para salir de la crisis sin maltratar aún mas a los ciudadanos, puede arrasar porque la gente ya se ha convencido de que nada puede haber peor que Zapatero, sus mentiras y sus ocurrencias.
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