viernes, 8 de octubre de 2010

LA PUNTILLA DE LA INFLACIÓN


Cuando vivimos en un escenario donde los salarios de la mayoría de los trabajadores han sido disminuidos, las pensiones congeladas, los ingresos de miles de comerciantes y profesionales autónomos están por los suelos, los excedentes empresariales, si los hay, son muy exiguos, etc, y cuando el Fondo Monetario Internacional, el Grupo de los Cien, el Gobernador del Banco de España y otros por el estilo piden mas recortes en los ingresos de la población, reaparece una vieja conocida, la inflación. El precio de los bienes y servicios se está volviendo a disparar, el incremento ya es de más del 2%, y va a seguir aumentando en los próximos meses. Si en un contexto de bonanza económica la inflación no es tan peligrosa porque puede ser controlada con medidas como la subida de los tipos de interés, para enfriar la demanda, en la situación que nos encontramos puede ser una bomba.
Algunos estamos convencidos que esta crisis no es un asunto coyuntural, no es un ciclo en la economía capitalista. La sobreproducción de muchos artículos industriales, muy por encima de la demanda, la falta de innovación suficiente, la globalización económica, manteniendo las estructuras estatales del pasado y, sobre todo, el agotamiento de una buena parte de los recursos de la Biosfera, por la sobreexplotación a que el Homo Sapiens ha sometido al planeta Tierra, se van a agudizar dramáticamente en los próximos años, provocando un cambio de civilización, la primera revolución global, o el caos que precede a la catástrofe. Pero todavía no ha llegado el tiempo del cambio, las revoluciones no las hacen las ideas ni los líderes, solo las encauzan, son producto de la necesidad, parten de los estómagos, aún no hemos llegado a ese extremo en el mundo que decide. Mientras, se puede y se debe parchear el sistema económico capitalista atendiendo a sus propias leyes. Es imposible la recuperación económica mientras amplias capas de la población continúen perdiendo poder adquisitivo. Cuando los ciudadanos tienen menos dinero en el bolsillo lógicamente compran también menos y así no se pueden recuperar la producción y el empleo.
En un teatro económico frío, la subida de la inflación por encima de un 3% sería la puntilla a una situación ya de por sí bastante delicada. La elevación del IVA, el incremento de los precios de las materias primas (sobre todo el petróleo), el encarecimiento de la factura eléctrica (por una política desastrosa en ese sector desde hace años), etc, no son factores que nos ayuden, precisamente.
El problema mas importante es que no se han sabido medir las consecuencias del apoyo a políticas industriales y energéticas que, objetivamente, no tenían futuro.
Veremos como resuelven esta ecuación los que solo nos ofrecen como consejo, por nuestro propio bien, dicen, la ingestión de aceite de ricino y como en la fábula del león y la cabra nos hacen recomendaciones del estilo: " no suba usted por esos peligrosos riscos, baje aquí, al valle, a la seguridad de mí compañía". Entre las fauces de los desconcertados y sus recetas que dan miedo y la amenaza de la inflación, estamos apañados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario