lunes, 28 de mayo de 2018

LA LIBERACIÓN DE LA MUJER, VERSIÓN PROHIBIDA


Rebuscando en el caos de mi biblioteca me he topado con un pequeño libro cuya portada debió ser blanca en su día pero que ya está completamente sepia. La edición es de 1.972, de la Editorial Ayuso, pero la primera edición es de 1.884. Como lo leí hace mucho tiempo lo he vuelto a leer.
El libro se titula “El origen de la familia, de la propiedad privada y del Estado” y lo escribió Federico Engels, el amigo y mecenas de Karl Marx. Engels, como todo el mundo sabe, fue un rico empresario y, sin embargo, comunista, además de un gran intelectual, investigador y escritor. El libro es un desarrollo de las teorías económicas de Marx llevándolas al terreno social y se basa también en las investigaciones del gran antropólogo estadounidense L. H. Morgan.
Una de las cosas que descubres en el libro es que mucho de lo que se dice sobre la sociedad patriarcal no es cierto y que este tipo de sociedad, aún hoy imperante, aunque bastante menos, ha sido una breve etapa en la historia de la Humanidad. En efecto, hasta que no apareció la agricultura y la ganadería y las sociedades humanas se asentaron, hace unos pocos miles de años, y en algunos sitios hace bastante menos, eran las mujeres las que mandaban en las tribus y así sucedió durante casi 200.000 años. Es decir, la verdad, en contra de lo que nos han contado, es que la Humanidad ha estado sometida durante muchísimo más tiempo al matriarcado que al patriarcado.
Marx ya había dicho que la economía lo mediatizaba todo y Engels nos describe con detalle en esta magnífica obra como opera eso en las sociedades humanas. Mientras las mujeres se quedaban en las cabañas o las cuevas y los hombres iban a cazar, a veces durante días, eran ellas la que organizaban la tribu, educaban a los hijos, cuidaban del fuego, y racionaban la comida, en resumen, el poder de aquellas economías de subsistencia lo tenían ellas en sus manos, pero eran los hombres los que proveían de carne y de pieles y arriesgaban sus vidas, solo armados con lanzas y flechas, en luchas feroces contra grandes animales. También eran los hombres los encargados de luchar contra otras tribus. A través de muchas generaciones los cuerpos de hombres y mujeres se fueron modelando por simple selección natural, ellas desarrollaron anchas caderas para poder alumbrar niños con la cabeza cada vez más grande sin morirse y una capacidad cerebral organizativa, ellos músculos adaptados al esfuerzo físico y un cerebro distinto, donde la puntería y el cálculo abstracto necesitaban neuronas específicas.
El estatus social de mujeres y hombres están relacionados con su estatus económico en la sociedad. Las mujeres se están desprendiendo de la dictadura del patriarcado en la misma medida que cada vez son más independientes económicamente ¿quiere eso decir que avanzamos hacia una sociedad más justa? depende. Citando a L. H. Morgan y sus estudios sobre las tribus americanas, Feredico Engels nos cuenta en este libro cómo de injusta era la dictadura del matriarcado y que, como la promiscuidad era lo habitual y no se sabía quién era el  progenitor de los hijos, no existía la palabra padre ¿Caminamos hacia algo parecido? de momento no, pero no se puede descartar en el futuro. Las mujeres ya pueden abortar sin consultar siquiera al padre de la criatura y si llega el día en que el Estado establezca un salario social generalizado el hombre podría volver al mismo estatus social que tenía hace 30.000 años, ni siquiera será padre.

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