Rebuscando en el caos de mi
biblioteca me he topado con un pequeño libro cuya portada debió ser blanca en
su día pero que ya está completamente sepia. La edición es de 1.972, de la
Editorial Ayuso, pero la primera edición es de 1.884. Como lo leí hace mucho
tiempo lo he vuelto a leer.
El libro se titula “El origen de
la familia, de la propiedad privada y del Estado” y lo escribió Federico Engels,
el amigo y mecenas de Karl Marx. Engels, como todo el mundo sabe, fue un rico
empresario y, sin embargo, comunista, además de un gran intelectual,
investigador y escritor. El libro es un desarrollo de las teorías económicas de
Marx llevándolas al terreno social y se basa también en las investigaciones del
gran antropólogo estadounidense L. H. Morgan.
Una de las cosas que descubres en
el libro es que mucho de lo que se dice sobre la sociedad patriarcal no es
cierto y que este tipo de sociedad, aún hoy imperante, aunque bastante menos,
ha sido una breve etapa en la historia de la Humanidad. En efecto, hasta que no
apareció la agricultura y la ganadería y las sociedades humanas se asentaron,
hace unos pocos miles de años, y en algunos sitios hace bastante menos, eran
las mujeres las que mandaban en las tribus y así sucedió durante casi 200.000
años. Es decir, la verdad, en contra de lo que nos han contado, es que la Humanidad
ha estado sometida durante muchísimo más tiempo al matriarcado que al
patriarcado.
Marx ya había dicho que la
economía lo mediatizaba todo y Engels nos describe con detalle en esta
magnífica obra como opera eso en las sociedades humanas. Mientras las mujeres
se quedaban en las cabañas o las cuevas y los hombres iban a cazar, a veces
durante días, eran ellas la que organizaban la tribu, educaban a los hijos,
cuidaban del fuego, y racionaban la comida, en resumen, el poder de aquellas
economías de subsistencia lo tenían ellas en sus manos, pero eran los hombres
los que proveían de carne y de pieles y arriesgaban sus vidas, solo armados con
lanzas y flechas, en luchas feroces contra grandes animales. También eran los
hombres los encargados de luchar contra otras tribus. A través de muchas
generaciones los cuerpos de hombres y mujeres se fueron modelando por simple
selección natural, ellas desarrollaron anchas caderas para poder alumbrar niños
con la cabeza cada vez más grande sin morirse y una capacidad cerebral
organizativa, ellos músculos adaptados al esfuerzo físico y un cerebro
distinto, donde la puntería y el cálculo abstracto necesitaban neuronas específicas.
El estatus social de mujeres y
hombres están relacionados con su estatus económico en la sociedad. Las mujeres
se están desprendiendo de la dictadura del patriarcado en la misma medida que
cada vez son más independientes económicamente ¿quiere eso decir que avanzamos
hacia una sociedad más justa? depende. Citando a L. H. Morgan y sus estudios
sobre las tribus americanas, Feredico Engels nos cuenta en este libro cómo de injusta era la
dictadura del matriarcado y que, como la promiscuidad era lo
habitual y no se sabía quién era el
progenitor de los hijos, no existía la palabra padre ¿Caminamos hacia
algo parecido? de momento no, pero no se puede descartar en el futuro. Las
mujeres ya pueden abortar sin consultar siquiera al padre de la criatura y si
llega el día en que el Estado establezca un salario social generalizado el
hombre podría volver al mismo estatus social que tenía hace 30.000 años, ni siquiera
será padre.
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